Un cura gay registra su unión con otro hombre ante notario
El sacerdote está suspendido de funciones desde 2001
El sacerdote José Antonio Gómez Sánchez, ex capellán militar y suspendido de sus funciones desde 2001, se ha convertido en el primer cura homosexual que recurre a un notario para formalizar su relación con su pareja, Ruperto Morillo Fernández. En el documento, firmado ante notario en Sevilla, ambos suscriben que han decidido llevar a cabo su unión "hasta el punto de poderla asemejar a un matrimonio civil".
En las estipulaciones del contrato, la pareja se compromete a mantenerse fiel "al igual que cualquier pareja legal" y velar por los intereses de la unión "así como el resto de las obligaciones y derechos inherentes a los matrimonios civiles". El documento recoge igualmente las condiciones económicas que regirán la relación por el régimen de gananciales y que se elevará a escritura pública para "darle la fuerza con la que los contratantes lo rubrican con el fin de garantizarse la publicidad que buscan y la notoriedad de su relación personal".
Tanto el sacerdote como su pareja sostienen que han dado este paso porque se quieren. "Una cosa se debe oficializar desde el momento en que uno está dispuesto a llevar una relación en serio para toda la vida", aduce José Antonio Gómez. "No quiero mantener la hipocresía de tener oculta una cosa evidente", agrega. Gómez no es el primer cura que habla en público de su homosexualidad, ya que este año José Mantero, un sacerdote de Valverde del Camino (Huelva), decidió salir del armario en la revista Zero. Sin embargo, Gómez es el primer clérigo que formaliza su pareja de hecho ante un notario y que decide contarlo a la prensa. El sacerdote tiene cierta familiaridad con los medios de comunicación después de haber colaborado en varios programas de televisión. El último fue un espacio llamado El teléfono de la esperanza, que se emitió en una televisión local de Huelva durante algunos meses.
José Antonio Gómez es un personaje controvertido, que mantiene su condición de sacerdote pero que no puede oficiar misa ni impartir sacramentos desde que el obispado de Cuenca, la diócesis a la que pertenece, le suspendió el 16 de marzo de 2001. El cura atribuye su suspensión a "una discriminación" por su orientación sexual, pero el obispado de Cuenca asegura que se decretó después de que desobedeciera de forma reiterada las peticiones del prelado para incorporarse a una parroquia tras un paréntesis en el que ofició de capellán en el Ejército.
"No se deben mezclar las dos cosas porque es mentira", indicó el delegado de medios de comunicación, Antonio Sánchez. El portavoz episcopal insistió en que en ningún caso la privación de licencias ministeriales se acuerda por la orientación sexual del cura. José Antonio Gómez, que ejerció como párroco en Cuenca entre 1986 y 1993, permaneció cuatro años como capellán militar en la base aérea de Alcantarilla (Murcia). El cura asegura que su salida del Ejército, en 1997, fue forzada por las "coacciones" de superiores eclesiásticos castrenses debido a su homosexualidad.
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