Los menús de los comedores escolares abusan de los fritos y carecen de verduras

El menú del comedor escolar "debe aportar" entre el 30 y el 35% de la dieta diaria de la población infantil, según la Guía de la Alimentación y la Salud de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, recomendada por la Sociedad Española de Nutrición Básica y Aplicada. Se trata de la comida más importante del día, después del desayuno. Desde el presente curso, esta pieza clave en el crecimiento de 74.117 alumnos está en manos de 752 centros educativos andaluces en los que está disponible el servicio de comedor escolar. Pero el análisis de los menús mensuales de cuatro colegios de Málaga refleja carencias que alejan a los escolares de la célebre dieta mediterránea. Esta es la principal conclusión de una experta en nutrición, que ha tratado a más de 2.000 pacientes y que acumula 20 años de práctica.

La lejanía con la dieta estandarte de Andalucía se acentúa en los centros abastecidos por empresas alimenticias externas. Tres de los menús escogidos al azar para su análisis están elaborados por estas compañías que trasladan los primeros platos preparados, mientras que los segundos son, en su mayoría, precocinados que son acabados en los propios centros. En este punto es donde abundan los productos fritos, por lo que la dieta ofrecida carece por completo de platos a la plancha, al horno o hervidos.

La doctora, que prefiere no identificarse, concluye que el aspecto más negativo es el abuso de fritos precocinados y empanados, como escalopes o palitos de merluza, empanadillas, san jacobos o flamenquines. El exceso de estos productos es más negativo si son cocinados con aceite de girasol, más barato que el aceite de oliva.

El pescado es otro de los elementos básicos de la dieta mediterránea que no se refleja todo lo que debería en los menús analizados. Aparece generalmente una vez a la semana y en la gran mayoría de los casos se presenta frito o empanado. El pescado azul brilla por su ausencia, mientras que la merluza en forma de palitos o empanada inunda la oferta.

La verdura fresca es otro elemento esencial para una correcta nutrición, pero no predomina en los menús estudiados. En ninguno de los casos se presenta la ensalada como plato único, sino en forma de guarnición. Según la experta, esto ayuda a que los niños tiendan a comerse el alimento que acompaña y se dejen las verduras, lo que acaba por convertirse en un mal hábito. Un ejemplo ilustrativo es que algunas paellas ofrecidas en los menús lleven un segundo plato. La experta propone que una paella dotada del pescado suficiente no necesitaría acompañamiento y podría ir precedida de ensalada, fórmula inexistente en los menús.

Las legumbres, la pasta y el arroz son alimentos bien recogidos en los menús, ya que aportan suficiente cantidad de hidratos de carbono, esenciales en el crecimiento. No obstante, la experta consultada considera que esta base no está suficientemente apuntalada por los elementos antes mencionados.

La escasez de fruta predomina en los menús ofrecidos por las empresas de alimentación externas en las que no se superan las tres piezas diarias. El único colegio que apuesta más decididamente por la fruta es en el que se gestiona el comedor desde el propio centro. Según la experta consultada, éste centro es el que más se acerca a la dieta mediterránea al hacer más incidencia en el pescado, aunque se concentran las raciones en algunas semanas quedando otras más descubiertas. Así, platos como el gazpachuelo, el pescado al limón o el arroz a la marinera sólo se observan en el menú elaborado desde el colegio.

Según el estudio de la experta, los menús ofrecidos en estos centros abocaría a los padres a realizar el grueso de la educación nutricional en el hogar. Aunque también pueden hacer propuestas ante el consejo escolar, que debe controlar la alimentación en los comedores.