El Gobierno admite que hay tres enormes manchas donde se hundió el 'Prestige'

La pesadilla del Prestige no tiene visos de acabarse. Nuevas mareas negras, procedentes del petrolero hundido a más de 3.500 metros de profundidad, amenazan las ya castigadas costas gallegas. El vicepresidente Mariano Rajoy admitió ayer que en la zona donde se hundió el petrolero se han avistado tres enormes manchas, la mayor con una superficie que podría rondar los 700 kilómetros cuadrados, y que la popa del buque tiene "dos grietas", aunque "por el momento no se sabe qué cantidad de fuel se pierde".

Las certezas se han tornado incertidumbres. Si el 22 de noviembre Rajoy decía tajantemente que las más de 40.000 toneladas de fuel que guarda el Prestige en sus bodegas iban a solidificarse en el lecho marino porque "no hay otras alternativas", ayer tuvo que reconocer: "No se sabe si habrá solidificación ni cuándo se producirá".

La aparición de tres gigantescas manchas de fuel, dos menores e irisadas y una de 15,7 kilómetros de radio, "más consistente y preocupante que las anteriores", en palabras de Rajoy, ha disparado todas las alarmas.

Ayer, tras entrevistarse con José María Aznar en La Moncloa, la vicepresidenta de la Comisión Europea Loyola de Palacio dijo que "el Gobierno baraja todas las hipótesis", incluso "la más peligrosa, que salga todo el fuel" que queda en el buque hundido.

Ante este panorama, el Ejército se ha movilizado. Casi 3.000 militares empezaron a llegar ayer a Galicia procedentes de la base de la Legión en Almería o la Brigada Paracaidista en Madrid, por vía terrestre y en un puente aéreo con Santiago.