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Reportaje:

Una plaga de manchas negras

El Gobierno teme que la contaminación por petroleo empeore a partir de hoy en el litoral vasco

El viento y las corrientes arrastran hacia la costa vasca la marea negra del Prestige, hundido el día 19 frente a Galicia, a más de 130 millas de Finisterre. El Gobierno vasco teme que las manchas que ayer flotaban en el Cantábrico, en la zona marítima comprendida entre Llanes (Asturias) y el cabo de Ajo (Cantabria) acerquen desde hoy hasta el litoral de Vizcaya y Guipúzcoa unas 2.000 toneladas de crudo. Mientras los técnicos del instituto oceanográfico Azti colocaban balizas en las manchas para conocer su evolución, se intensificaban las tareas de limpieza. Ayer ya se habían recogido en los arenales que van desde Muskiz a Bakio 25 toneladas de residuos, en los que el fuel mezclado con arena y agua se adhiere a los restos arrastrados por las olas.

El jueves por la tarde llegó el primer aviso: el fuel del Prestige ya se veía en las playas vizcaínas situadas al oeste del cabo Matxitxako. La marea de la mañana confirmó ayer el peor presagio y cubrió las playas de Muskiz, Getxo y Sopelana con una plaga de manchas negruzcas, viscosas, que se adherían como el pegamento a las rocas y a los restos arrastrados por las olas. El petróleo del Prestige -el Ejecutivo confirmó ayer la procedencia del chapapote aparecido en la costa vasca- también llegó en menor medida a los arenales de Plentzia y Gorliz y más al este, hasta Bakio y los acantilados de Bermeo.

Con rastrillos y palas, con un simple trozo de madera o de rodillas sobre la arena recogiendo los pegotes más pequeños con las manos, decenas de voluntarios, incluidos algunos extranjeros, se mezclaban ayer con los empleados de las contratas de limpieza en las tareas de recogida del fuel. En las playas vizcaínas sitas entre Muskiz y Bakio trabajaban junto a estos voluntarios cerca de 70 personas de las empresas encargadas del manteniemiento rutinario de los arenales, que ya habían recogido más de 25 toneladas de residuos de la marea negra.

Los cestos llenos se transportaban a a mano hasta un remolque. Desde allí se llevan a la empresa Sader, especializada en recuperaciones medioambientales. El fuel limpio, recogido directamente en el mar, será tratado en la refinería de Petronor en Muskiz. Para los restos arrastrados por la marea, embadurnados de negro, no hay mejor destino que los vertederos generales. Los animales afectados, muertos y vivos, se conducen al centro de recuperación que la Diputación de Vizcaya tiene en Gorliz.

La mayor parte del chapapote fue retirado en la playa de La Arena y en las calas de Getxo. "¡Qué asco! Si hasta aquí ha llegado esto imagínate como está Galicia", decía Joseba, un joven ingeniero de Getxo, mientras recogía bolas de galipó en medio de la playa Salvaje, en Sopelana. Él llegó pronto, bajo a la arena y sin esperar instrucciones se puso a limpiar, aprovechando la marea baja y consciente de que la pleamar volvería a dejarlo todo pringado de porquería.

A los empleados de los servicios de limpieza les habían advertido de que recogieran la menor cantidad de arena posible, pero sin instrucciones específicas. A algunos voluntarios que los pidieron las contratas de limpieza les facilitaron buzos, guantes y mascarillas, y en ocasiones hasta botas, aunque otros jóvenes dispuestos a trabajar echaron de menos apoyo y coordinación de las fuerzas. Las autoridades vascas pidieron ayer que no acudan voluntarios a trabajar a las playas ya que, de momento, "no son necesarios".

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La ropa de un chaval que sacaba bolas negras entre las piedras de la Salvaje habrá ido ya a la basura, embadurnada de fuel. Iba con sus amigos, manchado de brea hasta el flequillo. Limpiaban lo más difícil. "Ésta es nuestra playa. Aquí venimos en invierno y en verano, y yo no quiero que se quede así, hecha una mierda", decía.

Helicópteros y barcos

El portavoz del Gobierno, Josu Jon Imaz, explicó tras una nueva reunión de la comisión interinstitucional que coordina el seguimiento de la marea negra que trabajan contra la misma dos helicópteros, un remolcador y dos barcos de inspección, que ven dificultada su tarea por los fuertes vientos. Imaz reconoció que lo peor puede estar por llegar. Desde hoy, dependiendo de la dirección del viento, afectarán a la costa vizcaína y guipúzcoana las manchas de fuel que flotan en el Cantábrico, que pueden sumar hasta 2.000 toneladas. Las zonas orientadas al noroeste, es decir los tramos comprendidos entre Muskiz y Matxitxako y entre Orio y Jaizkibel, llevaran la peor parte.

Evitar la marea negra es imposible, pero Imaz anunció un plan especial para las zonas de mayor riqueza mediambiental. Las bocanas de las rías de Plentzia y Urbaibai serán protegidas, si es necesario, por barreras, que conducirán el chapapote hacia zonas que se sacrificaran para salvar el resto. El Gobierno ha dispuesto además que 32 pesqueros vizcaínos y guipuzcoanos estén dispuestos para salir de puerto si fueran requeridos para luchar contra el fuel.

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