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Fito Ramírez Escudero reafirma la dualidad de su trabajo pictórico

El pintor expone en Bilbao una selección de su obra más reciente

Los enérgicos trazos de la pintura de Fito Ramírez Escudero (Bilbao, 1955) se muestran en la galería Epelde & Mardaras (Alameda de Mazarredo, 65 bis) de Bilbao hasta el próximo 4 de enero. Dos caras de la obra de un pintor -17 óleos y otros 17 collages- que se define por caminar en una dualidad permanente, entre lo abstracto y lo figurativo, entre colores vivos y negros, entre lo lúdico y lo irónico.

Hace tres años que Fito Ramírez Escudero realizó su anterior exposición individual en la misma galería bilbaína. Entre medias, un par de colectivas, pero el pintor ha dedicado el tiempo a sus clases en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco (UPV) y a sacar de su interior lo que ahora muestra. Los cuadros que presenta ahora son una selección de lo que ha creado "en el último año", explica.

La muestra se compone de dos partes bien diferenciadas. Una está formada por 17 óleos con la fuerza expresiva habitual en Ramírez Escudero. Son obras de distintos tamaños de lenguaje expresionista apoyado en la figuración. "No hay una temática común. Mancho el lienzo y dejo que surja la historia, a veces, desde una anécdota un poco tonta o simplemente desde el color. Me dejo llevar a la hora de trabajar. Pretendo que el acto pictórico sea placentero y refleje el día a día, lo cotidiano", comenta.

Ramírez Escudero defiende la dualidad de su obra, en la que se mueve de manera no pretendida. "Mi pintura camina a caballo entre lo pop y lo expresionista, entre lo abstracto y lo figurativo, entre los colores vivos y los oscuros", asegura. Trabaja con óleo, en distintas presentaciones, de forma muy libre y diversa. "Apetece probar y combinar".

Esta aseveración está también presente en la segunda parte de la muestra. Son otros 17 trabajos, pero esta vez collages del mismo tamaño que, aunque cada uno es una pieza independiente, juntos forman otra obra común. Cada cuadro está compuesto por una imagen de Bilbao, pintada a su alrededor con los característicos trazos del autor en tonos grises -"el color de Bilbao"-, un sello con un jugador del Athletic, a modo de homenaje al equipo, y una letra. Todas las letras juntas forman la frase "Voy a por tabaco. Agur". El último cuadro, el de la R, contiene también el paquete de tabaco aplastado. "La frase destaca el caracter humorístico del tema, que es superficial; no pretende ser trascendente", dice el autor.

Las imágenes de Bilbao, que componen un paseo, están realizadas con "el mismo proceso que para estampar camisetas, pero con papel". El propio Ramírez Escudero ha tomado las fotos, todas de la zona de la Ría cercana al Casco Viejo bilbaíno, y ha realizado el proceso. "Las nuevas tecnologías y su aplicación en el arte me atraen. Me apetece probar y combinar", comenta.

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