La Mostra reconoce que la censura del arzobispo ha tapado sus errores

El ubicuo Luis García Berlanga, presente en casi todas las ruedas de prensa de la Mostra de València-Cinema del Mediterrani, llegó a pensar que las críticas y censuras del arzobispado de Valencia a un ciclo eran una estrategia publicitaria del festival para atraer espectadores. No fue así, pero "el tema del arzobispado ha servido para tapar numerosos errores que no han salido a la luz", reconocieron fuentes del certamen.

La Mostra estuvo marcada por las polémicas declaraciones del arzobispo Agustín García Gasco, de otros colectivos católicos e incluso empresariales, como el presidente de la Cámara de Comercio, Arturo Virosque, en contra del ciclo Escándalo (que incluía filmes como El último tango en París, La religiosa o Dios te salve María) al considerar que hería sus creencias. García Gasco volvió a insistir ayer en su crítica a la Mostra y al Ayuntamiento, que la financia, en una pastoral en la que indica que la aconfesionalidad del Estado "no permite que los poderes públicos puedan herir las creencias legítimas de los ciudadanos".

La difusión mediática de la polémica ha contribuido a esconder fallos organizativos del festival, como las tensiones entre su gabinete de prensa y los encargados de producción; la caótica organización de las ruedas de prensa y de las presentaciones de las películas, en la mayoría de las cuales no había nadie de la propia Mostra para dar la palabra a los invitados; la impuntualidad en la hora de comienzo de gran parte de los actos, o los inoportunos comentarios de su director en algunas actividades ante los medios.

Donde parece que la Mostra ha mejorado respecto a la edición anterior es en la presencia de figuras del cine. La ciudad se vio invadida por cerca de un centenar de actores, actrices, directores y productores del cine español que acudieron a la Mostra sin cobrar, según fuentes del festival. La única excepción fue la actriz italiana Ornella Muti, estrella invitada en la gala de inauguración, cuya presencia en Valencia "costó muchísimo menos que otras grandes figuras que han venido a la Mostra otros años", indicaron las mismas fuentes.

Del mismo modo, las proyecciones en los cines Lys, que tantos quebraderos de cabeza supusieron para la organización en la edición anterior, discurrieron con normalidad, salvo pequeños incidentes provocados por cortes de luz o problemas técnicos con la subtitulación electrónica.

La insatisfacción por la programación y la organización se ha reflejado en la protesta realizada por un grupo de jóvenes en la gala de clausura y en las rotundas críticas al festival por parte de los partidos PSPV, EU y Bloc, que han calificado la Mostra de "casposa" "coenta" "provinciana" y "hortera", entre otros adjetivos.

También las asociaciones de realizadores y actores valencianos han denunciado que la Mostra "falla estrepitosamente" en la promoción de la industria y de los profesionales locales, a través de sus directores respectivos, Vicente Monsonís e Isabel Requena, según recoge Europa Press.