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Pujol no preside, por primera vez en ocho años, el Día de la Constitución

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, delegó ayer en la consejera de Justicia e Interior, Núria de Gispert, la presidencia del acto conmemorativo del Día de la Constitución que el Gobierno catalán realiza cada año. Por primera vez en ocho años, Pujol ha dejado de presidir este acto.

Desde 1994 hasta ayer, el presidente tan sólo se ha ausentado en dos ocasiones: en 1995 porque ese día se realizó la elección del presidente del Parlament tras las elecciones autonómicas y en 1999 porque viajó a Nueva Delhi para participar en un World Economic Forum regional. El resto de los años, Pujol ha presidido este acto en el Palau de la Generalitat.

Núria de Gispert salió ayer al paso de esta ausencia y aseguró que se debía a "motivos personales". "Esta es la única explicación. No hay nada más", concluyó.

Jordi Pujol optó ayer por realizar una visita a la comarca del Priorat y a la ciudad de Tarragona, y por la noche presidió junto con su esposa una cena del Gremio de Restauración con motivo de la clausura de los actos de su 550º aniversario.

Plan Hidrológico

Durante su jornada en el Priorat, el presidente catalán no pudo obviar referirse al polémico Plan Hidrológico Nacional (PHN) y los ataques de la oposición. "No se puede estar en contra del trasvase del Ródano y en contra del trasvase del Ebro y, a la vez, reclamar agua", subrayó Pujol. En referencia a las críticas que recibió el pasado miércoles el consejero de Medio Ambiente en el Parlament por su defensa del trasvase del Ródano, recordó que la oposición fue la que reclamó con anterioridad la aportación de agua de ríos foráneos a los catalanes antes de la aprobación del PHN.

El presidente insistió en que su Gobierno siempre ha abogado por el recurso de extraer agua del Ródano y reclamó al Ejecutivo central que empiece inmediatamente negociaciones con el francés para posibilitar el trasvase. "Los que tienen concesiones del Ródano están de acuerdo, sólo falta el del Gobierno", aseguró.

El líder de CiU exigió de las entidades opuestas al trasvase del Ebro y de los partidos de la oposición que expliquen el contenido del tan coreado eslogan Por una nueva cultura del agua, así como sus consecuencias en la tarifa, dado que la construcción de plantas desaladoras, entre otras políticas de ahorro, supone un mayor gasto energético que debe repercutir en el precio al consumidor, manifestó. Pujol reclamó a la oposición "que tengan voluntad de construir un país" y se mostró contrario a las voces que reclaman ahora la retirada del minitrasvase de agua del Ebro hacia Tarragona.

El dirigente nacionalista, que siempre se ha caracterizado por la defensa a ultranza de los efectos positivos para el Camp de Tarragona del minitrasvase, aseguró que el sólo revestimiento de los canales del Ebro supone el ahorro de los volúmenes de agua que se destinan hacia el norte de la provincia.

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