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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Limpiar para especular

La inauguración de la celda de seguridad para tierras contaminadas por lindano en Barakaldo se ha presentado como uno de los más importantes logros en política ambiental del Gobierno vasco. Ciertamente, es una mejora sobre la situación anterior. Se han aislado unas tierras, que durante muchos años (décadas en algún caso) han estado contaminando el medio ambiente y perjudicando la salud pública. Pero no podemos olvidar que esta celda de seguridad no es la solución definitiva, es solamente una alternativa provisional y reversible, hasta que los avances científicos permitan un tratamiento adecuado y la real descontaminación de las tierras. Y hasta entonces habrá que seguir vigilando su comportamiento: la estabilidad, la garantía del aislamiento y los riesgos de esas tierras, que siguen ahí y siguen contaminadas.

Tampoco olvidamos que quedan todavía muchos suelos contaminados por lindano y por otro tipo de residuos tóxicos y peligrosos. ¿Para cuándo la limpieza de esos suelos? ¿Para cuándo una ley de Suelos Contaminados que Medio Ambiente lleva prometiendo desde hace más de una década? También queremos recordar, ahora que tanto se habla de sostenibilidad, que la política de suelos contaminados ha estado marcada por la urgencia de determinados intereses económicos: limpiar suelos contaminados (o mejor, trasladar y confinar las tierras) para especular urbanísticamente con los suelos limpios. ¿Es esto sostenibilidad ambiental?

En su día, se confinaron de forma provisional tierras contaminadas para la construcción de Max Center en Barakaldo (en su momento, el mayor centro comercial del País Vasco) o de Pryca en Sestao. La celda de seguridad de Leioa se hizo para poder construir en un lugar estratégico el Centro Comercial Artea. La celda de Loiu se construyó cuando la ampliación del aeropuerto exigió la limpieza de los vertederos de su entorno.

Y ahora, algunos de los principales y más peligrosos vertederos (Zuloko, Frade y Galindo), se han limpiado para posibilitar la importante operación especulativa del Plan Parcial de Zuloko-Ibarreta en Barakaldo: la construcción de Megapark (un enorme centro comercial, liderado por la multinacional Ikea) y la urbanización definitiva del área. No ha importado si hay que desecar y destruir definitivamente las zonas húmedas de Zuloko-Ibarreta, el último vestigio de lo que fueron los extensos humedales del estuario del río Nervión. El cemento y el asfalto necesitan crecer y hay que hacerles sitio.

Y el Departamento de Medio Ambiente se ha limitado a mirar para otro lado y colaborar con el Ayuntamiento de Barakaldo. Por eso queremos decirle a señor Intxaurraga que todavía está a tiempo de rectificar y parar este atropello. La protección de los humedales es de su competencia. La Dirección de Aguas está ahora en su departamento, el de medio Ambiente. ¿Qué más necesita? No pierda el tiempo, señor Intxaurraga, viajando a Johannesburgo a dar lecciones de sostenibilidad. No gaste palabras, informes y declaraciones en hablar de desarrollo sostenible y protección del medio ambiente.

Deje los discursos para luego y actúe. Entonces sí que el futuro y el medio ambiente tendrán un recuerdo amable para usted.

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