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Reportaje:

El Parlament desaloja a Clarà

El patio de esculturas dedicado al artista 'noucentista' se convertirá en una sala de actos públicos

Dentro de unos días desaparecerá el patio de esculturas dedicado a Josep Clarà en el Museo de Arte Moderno, abierto en el parque de la Ciutadella. El Parlament ha decidido no esperar al traslado definitivo del museo al Palau Nacional, previsto para 2004, y quiere iniciar en breve las obras de una sala de actos que ocupará este espacio. Los responsables del museo repartirán en las otras salas 28 de las 32 esculturas que configuraban esta sala, abierta en mayo de 1997 con carácter permanente y cuando aún coleaba la polémica por el cierre del museo monográfico dedicado al escultor noucentista. "Siempre que sea posible intentaremos situarlas con relación al periodo histórico al que pertenecen, pero se pierde la unidad que explicaba la trayectoría del artista", indica Cristina Mendoza, directora de este museo, que ya perdió su sala de exposiciones en otra ampliación del Parlament.

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Una triste historia

La Mesa de la Cámara autonómica aún no ha aprobado el proyecto de reforma de este patio ni el presupuesto, pero tiene previsto inaugurarlo el 11 de septiembre de 2003. Está establecido que a finales de diciembre el patio quede libre para que puedan empezar los trabajos. Las obras tienen como objetivo construir dos plantas en el patio del edificio del Arsenal de la Ciutadella, del siglo XVIII, que permitirán habilitar en la parte inferior una sala de actos con capacidad para 350 personas y ampliar en la superior la Sala de los Pasos Perdidos.

La nueva sala "obecece a la voluntad de la Mesa de la Cámara de abrir la institución a los ciudadanos y de dotarse de espacios adecuados para poder avanzar en esta línea", según señalaba un comunicado sobre la ampliación. También se indicaba que del presupuesto de inversiones para 2003, cifrado en 6.019.251 euros, "una parte importante irá destinada a las nuevas obras, así como a dotar estos nuevos espacios con equipamentos audiovisuales, informáticos, de iluminación, de traducción simultánea y de refrigeración". El Parlament prevé que el museo abandonará por completo sus instalaciones antes de finales de 2003, si bien el MNAC no ha establecido aún un calendario definitivo para el traslado.

Por lo que respecta al museo, esta reforma afectará también a los usuarios, ya que el acceso a los lavabos públicos se realizaba a través de este patio. Esto ha obligado a suprimir la sala de consulta para especialistas, que se dividirá para dar acceso a las oficinas y a los servicios.

El Museo de Arte Moderno, que acoge las colecciones de arte de los siglos XIX y XX, depende orgánicamente del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), situado en el Palau Nacional de Montjuïc. El continuo retraso en sus obras de rehabilitación, fruto de múltiples factores, en su mayor parte debidos a la política de las instituciones que lo rigen y que también están representados en el Parlament, ha eternizado su finalización, prevista ahora para julio de 2004.

Desde hace más de una década, los trabajadores del MNAC trabajan en barracones, pero el que ha salido más perjudicado de todo este proceso es el MAM, un centro que con el traslado perderá su independencia, pero que con los continuos retrasos ha perdido también presencia pública, hasta el punto de que muchos ciudadanos piensan que está cerrado, cuando sus importantes colecciones -desde Fortuny a Gargallo, pasando por Nonell y Rusiñol- siguen estando abiertas al público.

El Parlament, por su parte, lleva años reclamando este espacio que considera vital para su funcionamiento. Tanto es así que hace dos años ya le arrebató al museo su sala de exposiciones temporales, el único punto que otorgaba visibilidad al museo, para situar allí despachos para los parlamentarios. La última exposición fue la dedicada a Nonell que se presentó entre febrero y abril de 2000. Por la misma fecha también se expandió en lo que eran los antiguos depósitos del museo. Las obras se encuentran en un depósito situado en la Zona Franca cuyo arrendamiento sufraga el Parlament. En su día, cuando el presidente de la Cámara autonómica, Joan Rigol, firmó el acuerdo de arrendamiento de este almacén, se comprometió a "no tocar nada más" hasta que el museo subiera a Montjuïc. Clarà ha pagado su mala memoria.

Aspecto del patio de esculturas dedicado a Clarà en el Museo de Arte Moderno de la Ciutadella.
Aspecto del patio de esculturas dedicado a Clarà en el Museo de Arte Moderno de la Ciutadella.CARLES RIBAS

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