Miguel Florencio expulsa cinco años a los alumnos expedientados por el asalto al rectorado de Sevilla

El rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Florencio, hizo pública ayer la resolución del proceso disciplinario contra los cinco estudiantes de la Hispalense expedientados por su participación en el asalto al rectorado de Sevilla, el pasado 8 de febrero. Florencio anunció que los estudiantes deberán cumplir una sanción de cinco años de expulsión, medida que justificó alegando que "es tiempo suficiente para que la Universidad sea otra" en caso de que los alumnos decidiesen volver a matricularse en la Hispalense. Los expulsados anunciaron que recurrirán por la vía de lo contencioso administrativo.

La decisión del rector de Sevilla se produce diez meses después de la apertura del proceso disciplinario contra cinco de la cincuentena de personas que irrumpieron de forma violenta en la sala en la que Junta de Gobierno de la Hispalense debatía sobre la Ley Orgánica de Universidades (LOU), hecho que provocó daños en varias puertas del siglo XVIII y por el que también se abrió un proceso por la vía penal, caso en el que la Universidad de Sevilla se personó como acusación particular.

Florencio explicó que la resolución "respeta el espíritu del trabajo" realizado por el instructor de los expedientes, el catedrático de Derecho Romano, Fernando Betancourt, que solicitó al rector que aplicase la "expulsión perpetua" a los expedientados Manuel Bernabé, María de la Luz Domínguez, Ricardo Martín, Juan José García y Adán Valenzuela. Según el rector su decisión, si bien obvia la perpetuidad del castigo, se ajusta a lo propuesto por el instructor en su informe. "Recoge sus indicaciones de que no merecían obtener el título por la Universidad de Sevilla" y de que la expulsión debería perdurar hasta que se produzca la renovación del alumnado, "que la Universidad sea otra", según explicó Florencio.

El rector añadió que esta resolución de expulsión "no puede afectar a ninguna otra universidad", por lo que los cinco estudiantes expulsados podrán matricularse en cualquier otra institución para proseguir con sus carreras. Concretó que la aplicación de la sanción se hará a partir del inicio del presente curso 2002-2003, si bien esta medida lleva aparejada otra sanción aneja por la cual a los cinco estudiantes expulsados -que fueron suspendidos cautelarmente de sus derechos como alumnos- tampoco se les evaluará de las asignaturas que cursaban cuando se produjeron los hechos, ya que perderán sus derechos de matrícula del curso 2001-2002.

Florencio justificó la contundencia de la sanción alegando que "hechos como el del pasado 8 de febrero no habían ocurrido jamás en la Universidad de Sevilla", al tiempo que recordó que "en los últimos 15 años se han tramitado expedientes por otras causas e incluso se han llegado a imponer sanciones mayores".

Por su parte, María de la Luz Domínguez y Juan José García, dos de los cinco alumnos expulsados, anunciaron ayer que no cejaran en su empeño de conseguir la readmisión inmediata como alumnos de la Hispalense, por lo que, aseguraron, recurrirán la sanción por la vía de lo contencioso administrativo. "Lo único que podemos decir es que solicitaremos nuestra readmisión inmediata dado que el proceso ha estado plagado de irregularidades, como ya denunciamos en las alegaciones al informe del instructor y que el rector no ha estimado", explicaba ayer María de la Luz Domínguez, estudiante de tercer ciclo en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Sevilla.

"Todo el proceso ha estado viciado. El instructor propuso la expulsión perpetua a sabiendas de que el rector la iba a rebajar para quedar bien", afirmó Juan José García, estudiante de 4ª curso en la misma facultad. "La sanción se ha tomado con saña y sin tener en cuenta que el Consejo de Alumnos de la Hispalense solicitó al rector nuestra readmisión inmediata", añadió.