Solidaridad
Parece ser que nuestra especie triunfó sobre la del hombre de Neandertal por tener una mayor capacidad de relación. El establecimiento de vínculos más estrechos y complejos resultó crucial en el duro mundo que les rodeaba. Eso explicaría nuestra elevada capacidad craneal: para cazar o recolectar no necesitamos un cerebro tan complejo, pero resulta imprescindible para llevar a buen término nuestras intrincadas relaciones sociales. Sin embargo, todo tiene un límite y nuestro cerebro no fue creado para responder adecuadamente a la actual megasociedad y su creciente complejidad. Gran parte de nuestra frustración proviene de esa inconsistencia, acrecentada porque nuestras relaciones son cada vez más egoístas. Una sociedad tan grande y tan egoísta ha dejado de ser una sociedad humana y cada vez será más difícil de gobernar. Para hacerla más "efectiva" sólo existe una solución "práctica": la solidaridad. El egoísmo complica, provoca incertidumbre e introduce caos, la solidaridad simplifica.-
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