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Reportaje:

Una clase 'de cine'

Los expertos resaltan la utilidad de las películas como herramienta para la transmisión de valores Los expertos resaltan la utilidad de las películas como herramienta para la transmisión de valores

Detrás de una película como El show de Truman se esconden un puñado de preguntas que pueden inducir a la reflexión y al aprendizaje de los alumnos. La visión de la cinta podría tener unos resultados educativos estupendos o, como se suele decir, de cine. Después de ver esta película, el profesor podría formular cuestiones como: ¿Cuáles deben ser los límites de la libertad de expresión? ¿Cómo influyen los medios de comunicación en la vida de una persona? ¿De qué manera actúa la publicidad encubierta? De lo que se trata es de "enseñar a ver cine", según los expertos. Es decir, que los alumnos aprendan a analizar el contenido de una película, que entiendan el mensaje último y lo hagan suyo.

Porque el cine, más allá de un entretenimiento, puede llegar a ser una estrategia educativa de primera magnitud por su capacidad para transmitir valores, actitudes y modelos de vida. Con esta idea la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) organizó unas jornadas para hablar de esto: la relación entre el cine y la educación. El seminario estaba dirigido a docentes, técnicos de prevención, mediadores sociales y alumnos.

El catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad y presidente de la Asociación de Televisión Educativa Iberoamericana, Francisco García, lo explica así: "El cine es un universo que representa un mundo que produce unos efectos muy potentes, que tienen mucho que ver con un cambio de actitud. Se convierte en un instrumento de identificación de problemas, de denuncia social y de llamadas a la conciencia".

Aparte de vehículo transmisor de valores, los expertos señalan que el cine puede también completar los contenidos de algunas asignaturas. Por ejemplo, en clase de historia se podrían proyectar cintas como Cleopatra (1963) para profundizar en la historia del Imperio Romano o La lista de Schindler (1993) para que los alumnos conozcan qué significó el holocausto. Otro ejmplo: En literatura, películas como La colmena (1982) o Los Santos inocentes (1990) servirían de apoyo a la lectura de estos dos libros.

Y es que, en general, la mayoría de las películas pueden tener un fin educativo si se trabaja en ellas. La jefa del departamento de prevención de la FAD, Susana Méndez Gago, asegura que el papel del profesor es esencial en el visionado de una cinta. "Es el agente intermediario entre la película y los alumnos, el líder de opinión que va a confirmar lo que los chicos acaban de ver". Por eso es el docente el que tiene que hacer hincapié en determinados aspectos de la cinta, en detalles que puedan aportar un valor y que no deben pasar por alto.

Pero enseñar a ver cine significa también enseñar la parte más técnica de este arte. "Porque para interpretar una película hay que conocer los recursos estéticos, los códigos cinematográficos, la forma en la que se mueve la cámara, la fragmentación de planos, el punto de vista del narrador. "Cualquier contenido toma su forma definitiva de mensaje a través de la imagen, la música y la palabra. Si no dominas los recursos, el espectador queda abducido por ella, no toma distancia y pierde capacidad de crítica", añade García.

Pasos para mirar una cinta

Aprender a mirar cine supone seguir una serie de pasos y de estrategias. El catedrático de Comunicación Audiovisual en la Complutense y presidente de la Asociación de Televisión Educativa Iberoamericana, Francisco García, explica que lo más recomendable es elegir "una película atractiva", donde sea fácil que los alumnos puedan identificar los recursos que se han utilizado. Después deben sentarse a ver la cinta "por el placer de hacerlo. "Y ese placer reside en la historia que se cuenta y en la belleza de las imágenes", dice García.

Lo segundo es analizar con detalle la forma. Es decir, los códigos cinematográficos de la cinta y sus recursos estéticos: la forma en la que se mueve la cámara, la fragmentación de los planos, el punto de vista del narrador... Todo esto ha de hacerse en fragmentos muy cortos e ilustrativos, donde se pueda observar con nitidez cada uno de estos códigos.

Luego se debe organizar un foro-debate, donde se profundice por una parte en el contenido de la película, y por otra, en su implicación social, es decir, los valores que transmite. "Cada alumno podrá tener distintas lecturas de la película que ha visto y todas serán igualmente válidas", señala. En este foro, los alumnos deben intercambiar también opiniones sobre los recursos estéticos que el director de la cinta ha utilizado para hacer hincapié en los contenidos.

Por último, García señala que para comprender de verdad lo que significa el cine lo más útil es ponerlo en práctica. Así, recomienda a los profesores que pidan a sus alumnos que escriban una pequeña historia y que despúes hagan una grabación de al menos una de las escenas del argumento inventado.

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