Falta de entusiasmo

No se observa ni un sóla pizca de entusiasmo en nuestras autoridades ante el encuentro previsto para hoy en Madrid del Presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y el Ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas. Una nueva reunión con el objetivo de desbloquear, de una vez por todas, el proceso negociador abierto con el fin de llegar a acuerdos en materia de las transferencias pendientes y en la liquidación presupuestaria que se adeuda a Andalucía.

El escepticismo viene justificado por los anteriores fracasos cosechados en los contactos habidos hasta ahora y, también, en el clima bien diferente que rodea a ambos personajes. El primero de ellos, Manuel Chaves, acude a la cita después de comprobar con satisfacción el éxito de participación que ha tenido la manifestación de Sevilla a favor de la restitución de los derechos sociales de los trabajadores del campo, movilización que, por su carácter masivo, viene a significar, también, el malestar existente en Andalucía por la política del PP con respecto a esta Comunidad, y tras poner, igualmente, en marcha una serie de mecanismos legales para tratar de evitar que Cajasur escape del control de la administración andaluza. Por su parte, Arenas, que no quiere salir de perdedor del envite, no hace más que inventarse achaques y poner pegas a una posible resolución de los conflictos. Ahora señala que, precisamente, estos dos asuntos, el PER y Cajasur, enturbian las relaciones. Sin embargo, a nadie escapa que estas dos cuestiones para nada inciden en las materias que se abordan en la negociación, de ahí que no existan obstáculos reales que impidan cerrar un mínimo entendimiento que ponga término a un contencioso que castiga, en especial, a los andaluces.

Al margen de lo que ocurra en Madrid, esta semana, el gobierno andaluz seguirá dando pasos dentro de su estrategia legal contra el presidente de Cajasur, Miguel Castillejo, el mismo que se muestra dispuesto a seguir "sacrificándose" por su entidad, llevando lo que para él resulta ser una pesada cruz. Sus sonrojantes declaraciones han puesto en evidencia que el principal problema que tiene esta caja es su total dependencia de la personalidad de este hombre, que, además, resulta estar adornada de todo tipo de virtudes, entre ellas, la de ser, según llega a decir sin ningún tipo de rubor, el sacerdote más caritativo de todos. Unas palabras que, sin duda, habrán provocado el lógico malestar, tanto en la curia cordobesa como en sus feligreses más sensatos. No es de extrañar, por ello, el reiterado desmarque del Obispo de Córdoba, Javier Martínez, muy preocupado, a lo que se ve, por los pecados que cometen sus sacerdotes.

Pues en su tránsito por este valle de lágrimas, Castillejo comprobará cómo desde el Consejo de Gobierno andaluz, saldrá este martes la aprobación de un decreto por el que se fijarán las condiciones de adhesión a la Ley Financiera del Ejecutivo central. Un nuevo marco normativo que dificulta notablemente un paso en este sentido, ya que se exigirá el acuerdo previo de todas las entidades fundadoras, el informe correspondiente de la Consejería de Economía así como la aprobación de los cuatro quintos de la Asamblea de la entidad. Y a todo esto, no se debe olvidar que permanece abierto el procedimiento legal contra Cajasur para que se cambie el beneficiario de la póliza que tiene suscrita en su favor. Si no lo hace, tal y como parece que ocurrirá, Castillejo puede enfrentarse a una serie de sanciones entre las que se incluyen su inhabilitación como Presidente. Determinar cómo reaccionaría el cura en tal caso resulta todo un misterio pero parece claro, que está ya descartado que se vaya a ir a misiones, dada la ingente tarea misericordiosa que le queda por desplegar aún en su tierra cordobesa.