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Columna
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Menos paseo militar

En el juicio oral que se ha celebrado en Orihuela, el fiscal solicita dos años de cárcel para Javier Fábregas, representante de Pozos Reunidos, la empresa que llevó a cabo los vertidos de lodos contaminantes, en los sotos de Rojales, Orihuela y Formentera, y para el técnico de la Confederación Hidrográfica del Segura, Luis Muñoz, al estimar que sólo se ha cometido un delito medioambiental, toda vez que no existen pruebas suficientes de que se haya atentado contra la salud pública. Y aunque los acusados declararon su obediencia a los alcaldes, tanto el de Orihuela, José Manuel Medina, como el de Rojales, Antonio Martínez, ambos del PP, negaron conocer el destino de esos sedimentos altamente tóxicos, en opinión de los peritos. Un informe de la Comisión Pro-Río advierte de los próximos procesos judiciales: en el tribunal número 4 de Murcia, con ocho altos cargos imputados por la contaminación del Segura; y en el número 36 de Madrid, "por desvío de fondos europeos para la ampliación ilegal de nuevos regadíos, con caudales que deberían llegar a la Vega Baja".

El Segura ha sido aniquilado, por las administraciones autonómicas y central, por el uso fraudulento de sus aguas y la descarada finalidad urbanística, que tantos beneficios reportan para el partido en el poder y sus amigos y condiscípulos, en el amañado programa de pillaje y reparto del patrimonio de todos. Curiosamente, el PHN, tan exaltado por los escuadrones del PP, prohíbe la ampliación de nuevos regadíos, cuando estos no han dejado de aumentar para otros usos, que la terca realidad evidencia. Como señalan en su denuncia los Ecologistas en Acción de la Región Murciana: "El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, con su prepotencia y brutalidad manifestadas públicamente, expresa el verdadero talante del Gobierno, cuando pronuncia sus celebres frases: el PHN se hará por cojones y su tramitación será un paseo militar". Por cojones, no por razones. Las razones son la peste, para una derecha que fracasó estrepitosamente en sus malabarismos de colarse en la modernidad por un centro deleznable, para mostrarse tal y como es y ha sido desde sus orígenes cavernarios. Ahora, condenado el franquismo, se practican sus métodos, sin empacho alguno: bravuconería y desfiles más nerviosos que victoriosos. Andan del titubeo a la irritación, frente a un futuro incierto, que empieza a darles la espalda.

Hace una semana, se encabritaban e insultaban a la oposición y a cuantos proponían un riguroso debate sobre la problemática del agua. Pero el PHN sólo era un asunto de cojones, de paseo militar y de quién sabe qué ocultos intereses. Y ahora, recogen velas: "Si los costes (de las aguas del Ebro) tienden a incrementarse, se buscarán soluciones", ha admitido el valenciano Esteban González, portavoz del PP, en el Senado. Es el reconocimiento de un fracaso. Se cargaron el Segura, envenenaron su entorno y lo pisotearon con sus botas de mayoría absoluta. Si persisten en su desgobierno y desdén, ¿qué van a dejar? Los japoneses, en alusión a la naturaleza volcánica de su archipiélago, dicen: "Hay una ballena bajo nuestros pies". Bajo los pies del PP sólo queda una materia viscosa de lodos tóxicos, de negocios opacos y de rías podridas por el petróleo y su incapacidad.

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