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Reportaje:

El zoo, objeto de deseo

Castellar y Sabadell, por una parte, y Caldes de Montbui, por otra, pugnan por una instalación que mejorará sus comunicaciones y dará empleo

¿Qué tiene el zoo terrestre de Barcelona que todo el mundo lo quiere? Se lo disputan, por un lado, Sabadell y Castellar del Vallès (Vallès Occidental), y por el otro, Caldes de Montbui (Vallès Oriental). Los alcaldes de los tres municipios defienden que el zoo puede generar lugares de trabajo, promocionar el comercio local y colocar a sus poblaciones en el mapa del mundo, pero, sobre todo, mejorar las comunicaciones.

Si el zoo es objeto de deseo, es porque puede provocar una sustancial mejora de infraestructuras, algunas largamente reivindicadas por las tres poblaciones: se esperan no menos de 400.000 visitas al año. Aunque todavía no existe una decisión firme sobre la ubicación del nuevo zoo -y no se sabe, por tanto, si irá a la finca Torre Marimon, que ofrece Caldes, o a los terrenos de la Torre Turull y Can Moragues, situados entre Castellar y Sabadell-, Castellar ya ha ganado algo: una modificación del plan de infraestructuras de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM). Hasta hace un par de días estaba previsto que los Ferrocarrils de la Generalitat tuvieran una tercera estación en Sabadell y alargaran su recorrido hasta la plaza de Espanya. Que el tren llegara a Castellar era algo que se esperaba para 2025. Pero ya ha habido cambio de planes. Ahora el tren llegará a Castellar antes de 2010.

Sabadell y Castellar cifran en 3,6 millones la expropiación de Torre Turull y Can Moragues
Caldes ofrece la Torre Marimon, de la que es propietaria la Diputación

Otra mejora responde a una reivindicación histórica: el acceso directo a la autopista desde Castellar. Bautizada como Ronda Oeste, está prevista desde hace tiempo, pero su ejecución se ha adelantado. El consejero de Política Territorial y Obras Publicas, Felip Puig, se comprometió a tenerla acabada antes de cuatro años. Lluís Corominas, alcalde de Castellar (CiU), tiene claro que el acceso a la autopista "es condición sine qua non para abrir el zoológico". La construcción de este acceso no sólo descongestionará la B-124, por la que cada día pasan unos 50.000 coches, sino también la principal arteria de Sabadell: la Gran Vía, que cruza toda la ciudad. El alcalde de Sabadell, Manuel Bustos (PSC), afirma que de esta manera podrá "redefinirse la Gran Via como un espacio verterbrador de la ciudad".

Pese que el zoo se trasladará con sus trabajadores, ayuntamientos y sindicatos creen que generará nuevos empleos. CC OO y UGT se han pronunciado ya a favor del zoo. El secretario comarcal del Vallès Occidental de UGT, Ángel Jiménez, dice del zoo: "Traerá prestigio y generará empleo y riqueza". También la Federación de Comerciantes de Sabadell está encantada. Pero no todo el mundo aplaude la iniciativa, desde ecologistas hasta asociaciones de vecinos, pasando por economistas. Josep Milà, asesor de la Cámara de Comercio de Sabadell, por ejemplo, alerta de que el zoo necesita "una inversión inicial y anual muy importante". Además, añade, "es una actividad deficitaria". El año pasado, el Ayuntamiento de Barcelona desembolsó alrededor de 1,5 millones de euros en concepto de subvención para el zoo. Y serán los ayuntamientos de Castellar y Sabadell los que aporten los terrenos. Los cálculos de los dos ayuntamientos cifran en 3,6 millones de euros el coste de la expropiación de los terrenos. Respeto al mantenimiento y la renovación del zoo, confían en conseguir dinero de la iniciativa privada.

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El otro pretendiente es Caldes. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, le quitó a principios de esta semana un caramelo que este municipio ya tenía casi digerido. Clos dijo que él "apostaba" por Castellar y Sabadell. En marzo del año pasado, la revista de la Diputación de Barcelona -propietaria de los terrenos que se ofertan en este municipio- daba por hecho que el zoo estaría en la finca Torre Marimon en 2004, coincidiendo con el Fòrum de les Cultures. La alcaldesa, Montserrat Domènech (PSC), no pierde la esperanza. Ella insiste en que tiene una gran ventaja sobre Sabadell y Castellar: sus 118 hectáreas son terreno público y no habrá que expropiarlas.

También cree que el zoo puede ayudarla a conseguir un tren; la última vez que el tren llegó a esta población del Vallès Oriental fue en la década de los treinta. También impulsaría la mejora de las carreteras y la conexión no sólo con Barcelona, sino también con el Vallès Occidental. Además, "daría nombre a la población, que ya tiene vocación turística por sus balnearios", e impulsaría el comercio local. Todo ello sin olvidar nuevas "oportunidades de empleo y la llegada a Caldes de centros universitarios y de investigación relacionados con el zoo".

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