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La Comunidad obliga a modificar el plan de urbanismo de Brunete y recorta su crecimiento

Las zonas edificables se reducen del 63% del término municipal propuesto a sólo el 25%

Esther Sánchez

El plan general de urbanismo de Brunete, aprobado hace 21 años, seguirá, de momento, rigiendo los destinos de este municipio de 7.000 habitantes. El actual equipo de gobierno había diseñado un crecimiento urbanístico (plan general) que iba a permitir a la localidad alcanzar los 50.000 residentes. Más de mil particulares e instituciones alegaron, entre ellos la Consejería de Medio Ambiente, que cree que el desarrollo previsto pondría en peligro zonas protegidas. Para conseguir que la Comunidad apruebe el plan -paso obligatorio-, el Ayuntamiento va a rectificarlo ahora.

Los informes de diferentes consejerías de la Comunidad de Madrid han obligado al Ayuntamiento de Brunete, municipio situado al pie de la sierra del Guadarrama, a variar las propuestas de su futuro Plan General de Ordenación Urbana, al que el equipo de gobierno municipal (formado por PP, CDS y un grupo independiente) le dio el visto bueno inicial hace siete meses.

Por eso, Brunete ha redactado un nuevo texto urbanístico, con correcciones que conllevan una mayor protección del Parque Regional del Guadarrama, y una reducción drástica del suelo que dejaba libre para edificar en un futuro, que pasa del 63% de la totalidad del término municipal construido a sólo el 25%.

El texto del plan general modificado se aprobó ayer en pleno y se someterá de nuevo a un periodo de información pública y alegaciones una vez que aparezca publicado en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (Bocam). En la nueva redacción de las normas urbanísticas se han tenido en cuenta un 80% de las más de mil alegaciones que los vecinos realizaron en la primera exposición pública.

13.500 nuevas casas

El plan general de Brunete prevé levantar 13.452 nuevas viviendas en 561 hectáreas de suelo, cifra que hará subir la población de los 7.000 habitantes actuales a unos 50.000 residentes.

Además, la nueva ordenación urbana implica un desarrollo residencial en forma de corona circular, en torno a las zonas ya construidas, y combina los edificios colectivos de tres alturas con las viviendas unifamiliares, según el Ayuntamiento.

Para el equipo de gobierno, la transformación de Brunete es "sostenible" y tendrá lugar poco a poco, en un periodo de unos 20 años.

El alcalde de la localidad, Félix Gavilanes Gómez, lo considera un avance que supondrá desprenderse del "corsé" que significa el plan de 1981, por el que se rige actualmente el municipio.

La oposición socialista discrepa y afirma, a tenor de los convenios firmados con los promotores que quieren construir en la localidad, que el municipio alcanzará los 50.000 habitantes en tan sólo ocho años, desde que se produzca la aprobación definitiva del plan.

La Comunidad no ha puesto reparos a este crecimiento, pero sí a dejar la puerta abierta para que el municipio urbanice en un futuro, aparte de los desarrollos ya previstos, un 63% más de su suelo (3.080 hectáreas de las 4.900 que ocupa la totalidad del término municipal). Para solucionar esta oposición del Gobierno, el Ayuntamiento ha recortado sus pretensiones, con lo que el suelo urbanizable no sectorizado pasa a ser de un 25% del municipio. El resto se califica como terreno protegido donde no se puede construir.

El PSOE, en la oposición, sostiene que, a pesar de las modificaciones, el aumento poblacional continúa siendo excesivo para el pueblo. "Se mantienen las mismas casas, y lo más grave es que estarán construidas en un máximo de ocho años", explica un portavoz socialista.

Por otra parte, al PSOE le preocupa que falte el informe de la Junta Rectora del Parque Regional del Guadarrama, que considera "imprescindible dado que parte del municipio discurre por sus terrenos".

En su opinión, se vuelve al punto de partida, a la aprobación inicial del plan. "Hay que repetir todo el proceso, desde la información pública a los informes sectoriales de la Comunidad de Madrid; es decir, estamos como al principio", señalan.

Otro de los cambios introducidos debido a los informes emitidos por la Comunidad es un colchón de protección medioambiental de 100 metros de anchura entre el Parque Regional del Guadarrama y las futuras viviendas. En cuanto a las zonas deportivas que lindan con el parque, deberán estar a 50 metros del mismo. Estas modificaciones afectan sobre todo al desarrollo previsto en la finca La Pellejera, donde se levantará un complejo residencial de lujo, turístico y deportivo con varios campos de golf. "Se ha cambiado el planteamiento de los campos de golf para que se adapten a las indicaciones de la Comunidad", indican fuentes municipales.

También se obliga a reservar corredores ecológicos que unan las cabeceras de los arroyos que discurren por el término municipal, para evitar que se construya en ellos y que el agua deje de fluir hacia el río Guadarrama. De hecho, la Confederación Hidrográfica del Tajo recomienda que realice un informe sobre riesgos de inundación. Igualmente, la Consejería de Economía ha destacado en sus alegaciones la escasa protección de las vías pecuarias del municipio, por lo que se han introducido modificaciones para calificarlas como suelo no urbanizable.

Una ciudad

Para la asociación Ecologistas en Acción es un paso importante que se haya reducido la superficie que se quiere urbanizar. "Pero seguimos considerando una completa aberración un plan que permite transformar un pueblo como Brunete en una ciudad. Esto producirá daños irreparables al Parque Regional del Guadarrama, porque va a contribuir a su aislamiento", subraya un portavoz del grupo ecologista.

Por su parte, la compañía eléctrica Iberdrola, que también presentó alegaciones al nuevo plan general durante el periodo de exposición al público, plantea las enormes dificultades que existirían para abastecer de energía eléctrica a la nueva población. La compañía exige que, en el caso de aprobarse este plan, se reserve suelo para la instalación de una subestación.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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