El beneficio de las empresas sigue su caída, con un descenso del 34,4% hasta septiembre
El Banco de España dice que el endeudamiento es muy alto y pide salarios más flexibles
Las empresas españolas, sobre todo las grandes, se enfrentan a un segundo año de caída de beneficios. Las inversiones en Latinoamérica, el fracaso de las licencias de telefonía móvil UMTS y las pérdidas en Bolsa se van a comer buena parte de los excedentes. Así lo anticipa el Banco de España, que sitúa en el 34,4% el descenso de los resultados empresariales hasta el tercer trimestre, caída que supera en casi 14 puntos a la del mismo periodo del año anterior. El Banco de España cree que las empresas afrontan la salida de la crisis en una situación "saneada", gracias a la caída de tipos de interés y a la desaceleración del empleo. Pero deberían vigilar su endeudamiento y erradicar las cláusulas de revisión de salarios.
El panorama que describe la Central de Balances del Banco de España del tercer trimestre (CBT), que se hizo pública ayer, es la de un sector empresarial que habría aguantado muy bien la crisis, si no es por algunas decisiones estratégicas. La principal de ellas, la apuesta por Latinoamérica, seguida del pago de grandes sumas en Europa por las licencias de telefonía móvil, el fracaso de las empresas de la nueva economía o la penuria de la Bolsa.
De la CBT se desprende que el resultado neto de las empresas españolas ha caído un 34,4% en los nueve primeros meses de 2002, cuando el pasado año el descenso fue del 20,9% para el mismo periodo. Hay que tener en cuenta que esta encuesta recoge datos de 748 empresas no financieras, en su mayoría de tamaño grande. Son las más afectadas por la crisis latinoamericana y de las nuevas tecnologías, si se excluye a los bancos.
Por eso, los datos de la CBT muestran un panorama más oscuro de lo que puede ser la realidad. Una mejor aproximación es la que refleja la Central de Balances Anual (CBA), también publicada ayer, aunque con datos sólo al cierre de 2001. Esta encuesta es más amplia, ya que incluye los balances de 6.267 empresas de distinto tamaño. De ella se desprende que el resultado neto ha caído un 3,1% el pasado año, frente a un aumento del 15,3% en 2000.
Si se hacen las mismas cuentas antes de aplicar las reservas para cubrir las pérdidas extraordinarias por Lationoamérica o la telefonía móvil, el panorama cambia bastante. Hasta el tercer trimestre, el resultado ordinario neto ha aumentado un 6,9%, según la encuesta trimestral, frente a un 4,5% en el mismo periodo del año anterior. El balance anual para 2001 da un aumento del 10,2% en los resultados, dos puntos más que en 2000.
Mejor rentabilidad
Estos tiempos de crisis han sido buenos para la rentabilidad de los activos. En los tres primeros trimestres del año, las empresas han conseguido aumentar un 8,5% lo que han ganado por sus inversiones, frente a un 7,4% del mismo periodo del año anterior. En el cómputo anual, más completo porque abarca a un mayor número de empresas, el aumento ha sido del 7,6% en 2001, dos décimas más que en 2000.
Las empresas también han conseguido mejorar su apalancamiento financiero, es decir, la diferencia entre lo que les cuesta la financiación y la rentabilidad que obtienen cuando movilizan esos recursos. Hasta el tercer trimestre ese margen ha sido de 3,9 puntos, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior. En 2001 se ha situado en 2,5 puntos, dos décimas más que en 2000. La razón es que los gastos financieros han caído en torno a un 10% en 2002, por primera vez desde hace tres años.
La situación sería la idónea para invertir -dinero barato, rentabilidad-, pero no es así. Según explicó ayer el director general del Banco de España, José Luis Malo de Molina, sólo un puñado de grandes empresas de la construcción mantienen un buen ritmo inversor. En bienes de equipo, la caída es abismal. Es un problema de expectativas e incertidumbre, pero también de que las empresas españolas están cada vez más endeudadas.
Esta situación "debilita su capacidad de invertir en el futuro", según Malo de Molina. Si el Banco Central Europeo (BCE) baja los tipos de interés en los próximos días, alentaría a las empresas a no "caminar en la dirección adecuada", es decir, incentivaría que no reduzcan su endeudamiento. Aun así, Malo de Molina estima que la situación general de las empresas es "saneada" y que estarían en buenas condiciones para sumarse al carro de la recuperación económica esperada para 2003.
Moderación salarial
Además de reducir su endeudamiento, las empresas deberían, según Malo de Molina, conseguir más flexibilidad laboral. El empleo se ha desacelerado, hasta no tener prácticamente crecimiento entre enero y septiembre -un 0,2% frente a un 0,9% el pasado año- en las grandes empresas y se ha reducido prácticamente a la mitad en 2001 para el conjunto -un 2,4% frente a un 4,3% en 2000-. En paralelo, los costes laborales por trabajador han crecido un 3,6% en lo que va de 2002 -0,7 puntos más que en el mismo periodo del año anterior-, aunque en el conjunto de 2001 han caído dos décimas, hasta el 2,9%.
Con estos indicios, Malo de Molina apuntó la posibilidad de que estemos ante "un agotamiento en la moderación salarial", aunque reconoció que parte del problema está en el incumplimiento del objetivo de inflación. Pese a ello, hizo un nuevo alegato contra las cláusulas de revisión salarial porque suponen "una amenaza contra el empleo". Demandó mecanismos "más flexibles" en la fijación de salarios guiados por la productividad.
La crisis del tendero
Entre los sectores que analiza el Banco de España, el del comercio es el que mejor sortea la crisis. El pasado año cerró su balance con un aumento del 12,7% en su resultado económico bruto (el valor añadido menos los gastos de personal), frente a una media del 2,4% para el conjunto de empresas analizadas. En los tres primeros trimestres de 2002, el incremento es del 13,8%, inferior al 26,1% del año anterior, pero muy por encima de la media del 2,4%. El sector más penalizado por la crisis es el de la energía por la caída de los precios del petróleo, mientras que transportes y comunicaciones consigue no hundirse gracias, sobre todo, a la telefonía móvil.
El director general del Banco de España, José Luis Malo de Molina, no dudó ayer en apuntar al sector del comercio como el que más claramente ha compensado vía precios el descenso del consumo. A este sector apuntó también días atrás el Ministerio de Economía, tras conocerse que la inflación de octubre se había disparado hasta el 4%. Economía ha anunciado medidas, aún sin concretar, en base a un estudio encargado al Tribunal de Defensa de la Competencia. Afectarán a horarios comerciales y a licencias de apertura de grandes superficies.
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