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La crisis de la RAI se agudiza tras la tercera dimisión en el consejo

Staderini representaba al partido en el poder

La crisis de la RAI (radiotelevisión pública italiana) no parece tener fin. Una semana después de que dos de los cinco miembros del Consejo de Administración del ente público presentaran su renuncia, ayer se sumó al grupo de dimisionarios Marco Staderini, elegido por la coalición de centro-derecha. Las discrepancias con la dirección de la RAI, empresa que pierde audiencia en beneficio de los canales privados de Silvio Berlusconi, están en el origen de la dimisión.

La dimisión de Staderini obedece, según sus palabras, a una falta total de entendimiento con el director general de la RAI, Agostino Saccá, y con el presidente, Antonio Baldassarre, que ha pretendido minimizar las bajas de los dos consejeros y ayer "congeló" de facto la del tercero.

Los problemas en la televisión pública italiana se iniciaron desde que fue nombrado el nuevo consejo de administración, más en sintonía con el actual Gobierno de centro-derecha, en febrero pasado. Dos de los consejeros fueron elegidos en representación de la coalición de oposición (El Olivo), dos en nombre de la de Gobierno (la Casa de las Libertades) y un quinto, el presidente, teóricamente de consenso.

Los consejeros próximos a El Olivo, Carmine Donzelli y Luigi Zanda, han denunciado la situación de la RAI, a su juicio, desastrosa, con una pérdida progresiva de audiencia, en beneficio de la red privada Mediaset, propiedad del primer ministro, Silvio Berlusconi. La gota que ha colmado el vaso ha sido la polémica en torno a nombramientos en el ente público, especialmente el del responsable de la empresa que contrata la publicidad de la RAI. Las discrepancias eran tales que Donzelli y Zanda han optado por dimitir, acusados por los sectores afines al Gobierno de seguir directrices políticas del centro-izquierda.

La primera tormenta seria en la televisión pública se produjo en abril pasado -11 meses después del triunfo electoral de Berlusconi-, cuando el nuevo primer ministro criticó duramente a dos periodistas de izquierdas y les acusó de haber realizado una "información delictiva" contra él durante la campaña electoral. Los programas de los dos acusados, Enzo Biagi, uno de los más veteranos periodistas de televisión, y Michele Santero, desaparecieron poco después de la programación de la RAI, y fueron sustituidos por un programa de humor, el primero, y un debate, el segundo.

En ambos casos la audiencia no ha premiado la elección, lo que ha dado combustible al centro-izquierda para redoblar los ataques al primer ministro que controla al menos dos de los tres canales de la RAI y otros tres de su red privada.

La dimisión del consejero elegido por el centro-derecha da nueva dimensión a una crisis que podría causar serias dificultades al Ejecutivo.

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