_
_
_
_
_

Los médicos piden más control al renovar el carné de conducir

Concluye en Madrid la II Conferencia Internacional sobre Medicina y Automoción

La II Conferencia Internacional sobre Medicina y Automoción terminó ayer en Madrid con una llamada a que se aumenten los controles médicos a la hora de renovar el carné de conducir. "Hay enfermos de Alzheimer que renuevan el carné de conducir sin problemas, y eso que se ve a simple vista", aseguró el neurólogo Santiago Jiménez. El médico no puede impedir que un paciente conduzca aunque considere que no es apto para ello.

El jefe de Neurología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Santiago Jiménez, presentó un trabajo que realizó sobre 166 pacientes de Parkinson en la última sesión de la conferencia organizada por el Sistema Mapfre y la Fundación Eduardo Barreiros. "El 63% no dijo nada sobre su enfermedad cuando fue a renovar el carné. Muchos lo renovaron. Y eso que la enfermedad se ve a simple vista". El problema se extiende a otras enfermedades, ya que del grupo de control, un 77% no declaró sus dolencias crónicas.

Hasta los 50 años, los conductores deben tener un certificado médico cada diez años. Entre los 50 y los 70, cada cinco. A partir de los 70, cada dos años. El ex director general de Tráfico y director del Instituto Mapfre de Seguridad Vial, Miguel Muñoz, señaló que el periodo es demasiado largo para la gente de entre 50 y 70. Muñoz coincidió en que "muchos centros de reconocimiento son un coladero". "No se trata de hacer un chequeo exhaustivo, pero sí de controlar más".

Jiménez aseguró que el 41% de los pacientes con Alzheimer muy leve no supera una prueba de conducción. "En esa fase el Alzheimer es difícil de detectar. Con una enfermedad neurológica se puede conducir, el problema surge al reaccionar, cuando aparece un niño o hay que hacer un gesto que no está automatizado".

Además de las enfermedades neurológicas, en las jornadas se ha puesto de manifiesto que el problema surge también con pacientes alcohólicos, los que abusan de ansiolíticos y otras drogas psicoactivas, entre otras patologías.

La confidencialidad

El problema radica en que el médico no puede hacer nada para evitar que un enfermo conduzca. La historia clínica es confidencial. En EE UU y en algunas zonas de Canadá, el médico, siguiendo unas guías, avisa a las autoridades y le retiran el carné de conducir al paciente si considera que no es apto. Eso explicó el martes el jefe de cardiología del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, Valentín Fuster. Éste aseguró que había retirado el carné a unos 70 conductores: "Es duro para el paciente y tienes que estar muy seguro porque en EE UU hay muchos abogados".

"¿Podría aplicarse en España?", preguntó un médico de atención primaria en otra mesa redonda. Fue un tema recurrente en los dos días de conferencias. El catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid, Juan José López-Ibor, zanjó el debate: "Si tengo un paciente con sida que es muy promiscuo, no lo puedo decir, y eso es un riesgo más real que el de un enfermo al volante. Hay enfermedades de declaración obligatoria, como la viruela, pero fuera de ellas yo no puedo decir nada de un paciente". Jiménez apuntó que en EE UU algunos pacientes han perdido la confianza en su médico porque temen que les retire el carné. "El médico debe aconsejar al enfermo, pero no convertirse en delator", dijo.

La voz discrepante fue la de Muñoz: "La Ley de Protección de Datos es demasiado rígida. Este es un problema de salud pública y la confidencialidad de un paciente no puede estar por encima. Creo que habría que cambiarla".

El problema del alcohol

Los expertos señalaron que el principal problema de los accidentes es el alcohol, causa del 30% de las muertes de tráfico. El catedrático de Medicina de la Universidad Complutense Arturo Fernández Cruz afirmó que "el problema no es que haya un enfermo al volante, porque bien tratado, hasta un esquizofrénico puede conducir, el problema es que no esté bien diagnosticado".

El jefe de Neurología del Hospital Ruber de Madrid, Oriol Franch, expuso un caso de un paciente con un tipo de epilepsia que era un riesgo al volante que se agravaba por la frecuencia con la que utilizaba el vehículo, muchas veces para trasladar a sus hijos y, sobre todo, por el tipo de trabajo que realizaba: "No pude hacer nada. Pregunté a un abogado y me dijo que me buscaba un lío si decía algo. Debería haber formas de mirar caso a caso quién puede conducir".

Otro problema es no discriminar a los enfermos. Franch asegura que hay muchos enfermos mayores con índices de siniestralidad menores a los de los jóvenes: "Y a nadie se le ocurre quitar el permiso a los jóvenes". La de éstos se debe al alcohol.

El problema no es exclusivo de España. En Holanda, según un estudio que citó Jiménez, el 55% de los descartados para el servicio militar por padecer epilepsia, conducía a los cinco años.

Alberto Ruiz Gallardón y Bernard Kouchner, en la Conferencia sobre Medicina y Automoción.
Alberto Ruiz Gallardón y Bernard Kouchner, en la Conferencia sobre Medicina y Automoción.LUIS MAGÁN

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_