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Lula pide a los sindicatos que se dejen de protestas y hagan política

El presidente electo de Brasil lanza un duro mensaje a los trabajadores

Juan Arias

Fue una sorpresa el primer encuentro, la tarde del martes, del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con 500 representantes de los grandes sindicatos del pais, a quienes dio un buen tirón de orejas, exigiéndoles "menos bravatas y más competencia". Lula les habló durante una hora y cuarto, con calor y firmeza, y les advirtió que tendrán que asumir responsabilidades y practicar "un sindicalismo moderno".

El futuro presidente de Brasil, antiguo luchador sindicalista y hombre de izquierdas, advirtió a sus compañeros en ese encuentro: "No voy a permitiros que estéis a la puerta de las fábricas, encima de un camión, hablando mal de mí. Vais a tener que dividir con el Gobierno responsabilidades y entender que el sindicalismo moderno no es sólo pedir aumentos de sueldo o interesarse sólo por las categorías de base (sectores productivos)".

Lula, que fue uno de los fundadores de la Central Única de los Trabajadores, les hablaba con el tono del viejo sindicalista. Citando a Fidel Castro, les recordó que los cambios son lentos y que no deben perderse en pequeñas disputas internas: "He visto hace unos días a dos importantes líderes sindicales discutir en la televisión acerca de la cuota sindical. Eso es algo muy poco importante para estar ocupando el espacio de los medios de comunicación".

Lula les dijo tajante: "A partir de ahora, se acabaron las debilidades", refiriéndose a que "no va a aceptar el carácter exclusivamente reivindicativo del sindicato y su vieja mentalidad paternalista". Lula ha anunciado que quiere crear "el sindicato del ciudadano", el cual va a tener que interesarse más "por los intereses generales de la población" que por los meramente sectoriales.

Haciéndoles una crítica desde la izquierda, Lula les llegó a decir que deberían invitar a sus debates sindicales al elegido vicepresidente de la República, el famoso industrial José Alencar, de quien les dijo: "Es más de izquierdas que la media de vosotros, y además es un verdadero nacionalista".

Ayuda oficial

Lula, en su discurso, no se dirigió sólo a los sindicatos, sino tambien a otros movimientos reivindicativos, como el Movimiento de los Sin Tierra (MST), a quienes les dijo que ya no se puede ocultar que el 80% de las tierras ocupadas por el Movimiento tendrían que ser abandonadas si tuvieran que prescindir de la ayuda oficial que les ofrece el Gobierno.

Por último, el futuro presidente pidió a los sindicalistas que no tengan miedo de "ensuciarse las manos con la política". Siguió Lula con una autocrítica: "Yo tardé mucho en entender esto. Hasta 1978, yo tenía verdadera ojeriza a la política. Pasamos un año pidiendo mejores salarios para los trabajadores, y cuando llegaban las elecciones políticas hacíamos como si nosotros fuéramos diferentes". Añadió Lula que, más importante que pedir un 10% de aumento salarial, es contribuir a hacer ciertas reformas políticas importantes: desde la fiscal a la de la previsión social, si quieren de verdad crear un Brasil mejor para todos.

Hasta ayer, los sindicalistas pusieron buena cara al mal tiempo y manifestaron sentirse de acuerdo con el tirón de orejas del viejo líder sindicalista convertido hoy en presidente del llamado "Brasil de la esperanza". Lula permanece mudo sobre la composición de su Gobierno, de la que sólo ha dicho que "habrá no pocas sorpresas".

El futuro presidente de Brasil viajará el próximo lunes a Argentina, acompañado de sus colaboradores, para mantener una reunión con una "agenda libre" con el presidente Eduardo Duhalde, informa Efe.

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