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7.096 'ertzainas' eligen a sus representantes en las elecciones con mayor presencia sindical

Erne se juega hoy su liderato en los cuartos comicios en el seno de la policía vasca

Seis centrales pugnan hoy en las cuartas elecciones sindicales en la historia de la Ertzaintza, primeras en las que entra en liza un número tan elevado de grupos. El censo electoral, sin embargo, se ha visto reducido en 171 agentes al bajar de 7.267 ertzainas en los comicios celebrados en noviembre de 1998 a los actuales 7.096. La campaña en las comisarías se cerró el domingo. El sindicato mayoritario Erne desbancó a ELA en las elecciones anteriores y obtuvo 30 de los 60 delegados en juego. ELA retrocedió entonces hasta los 19 delegados. Esta vez se eligen 57 representantes.

Junto a Erne, ELA, Comisiones Obreras y UGT, que ya compitieron en los pasados comicios, los agentes tendrán esta vez otras dos candidaturas más para elegir: el sindicato Sipe, escisión de la ya debilitada UGT -que en los anteriores comicios logró sólo tres delegados y no obtuvo representación en el Consejo de Policía- y la CSIF.

Los 57 delegados se reparten de la siguiente manera: 17 en Álava, 23 en Vizcaya y los restantes 17 en Guipúzcoa. El grueso del censo, que suma 7.096 ertzainas, está en el territorio de Vizcaya, con 3.546 agentes, por 1.906 de Guipúzcoa y 1.644 en Álava.

Desde el 12 de noviembre y hasta el pasado domingo, los sindicalistas de la policía vasca han estado haciendo campaña por las comisarías. Uno de sus objetivos era mantener el nivel de participación de los últimos comicios, en los que se acercó a las urnas el 82,5% del censo (un total de 5.998 ertzainas).

El vuelco en el statu quo anterior, con la victoria de Erne sobre ELA, se debió en parte a esa alta participación, ya que los nuevos votantes expresaron un voto de castigo firme frente a la central nacionalista. Es lo que el entonces secretario general de Erne, Joseba Bilbao, explicó diciendo que los agentes habían castigado a ELA "no por su alianza con LAB [entonces vigente], sino por defender lo indefendible en el terreno laboral y por participar, junto al Departamento de Interior, en una estrategia en la que sacrificaban derechos a cambio de prebendas y favoritismos".

Junto a las charlas en las comisarías, el sindicato mayoritario ha realizado una campaña sostenida en el tiempo de movilizaciones con manifestaciones semanales en las tres capitales en el último mes y medio. Pretendía así exigir a Interior la firma de un nuevo convenio regulador y profundizar en las medidas de seguridad acordadas entre las cuatro principales centrales y los responsables de la consejería en noviembre pasado, poco después de que ETA asesinase a dos patrulleros en Beasain.

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Acuerdo de Arkaute

Está por ver la influencia del Acuerdo de Arkaute en los resultados, un pacto aparentemente capitalizado por Erne y el departamento. Tanto el sindicato independiente como el propio consejero, Javier Balza, han actuado de valedores del acuerdo frente a las críticas que ha cosechado "su desnaturalización e incumplimiento", a juicio de ELA, Comisiones y UGT, y las reticencias a su aplicación entre determinados mandos policiales y responsables intermedios del departamento.

Lo cierto es que la unidad de acción con CCOO y UGT que facilitó a Erne su victoria en los comicios pasados se ha ido resquebrajando paulatinamente. Un primer asalto fue la firma en solitario por Erne del Acuerdo Regulador en diciembre de 1999, vigente hasta finales del pasado año. No fue el único acuerdo suscrito en solitario con Interior. El propio Balza llegó a decir en las postrimerías de la anterior legislatura que ésta había estado "granada en acuerdos".

Sin embargo, a primeros de 2001, Balza asediado políticamente por populares y socialistas, arremetió contra el sindicato mayoritario, al que acusó de lanzarle "críticas partidistas" y de haberse sumado a "la línea burda de deslegitimación personal y política" practicada por la oposición parlamentaria. Erne pidió entonces la dimisión del consejero.

El distanciamiento entre Erne y el resto de sindicatos se fue profundizando con el paso del tiempo y, sorpresivamente, el "incumplimiento" del Acuerdo de Arkaute alumbró una entente entre ELA, CC OO y UGT a principios de este año. Estas tres centrales han repetido desde entonces las críticas a la central mayoritaria y a Interior.

El futuro inmediato tras las elecciones será una negociación, que se prevé dura, para firmar un nuevo acuerdo regulador para los próximos años y el debate sobre uno de los asuntos capitales para el futuro inmediato de la policía vasca: la segunda actividad.

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