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Reportaje:

Los planes de pensiones apuestan por los regalos

Estos productos de ahorro han perdido un 5,08% de media en los últimos 12 meses

DVD, Home System Cinema, teléfonos inalámbricos, relojes, maletas, vajillas, cuberterías, planchas, radiocasetes, set de vinos, noches de hotel, Game Boy color, cámaras digitales... No es el catálogo de ningún establecimiento. Todos estos productos son tan sólo algunos de los regalos que, en su campaña navideña, ofrecen las entidades a los particulares que realicen aportaciones a alguno de sus planes de pensiones.

Todos los años, los meses de noviembre y diciembre son el escenario de la campaña que a favor de los planes de pensiones hacen las entidades financieras. En esta época del año se recuerda a los particulares la necesidad de ahorrar a largo plazo para preparar la jubilación y se ensalzan las ventajas fiscales que supone suscribir un plan de pensiones privado.

Los negativos datos de rentabilidad que a lo largo de los últimos meses están ofreciendo una gran parte de estos productos -según la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco) han perdido un 5,08% de media en los últimos 12 meses- ha obligado a centrar esta campaña anual en los planes garantizados (aseguran un rendimiento fijo) y en los regalos.

Así que se ha desatado una auténtica guerra entre compañías financieras, aseguradoras, bancos y cajas por ofrecer el mejor de los regalos. Muchos de ellos son los productos de moda: DVD, Home Cinema System o cámaras digitales. Las aportaciones exigidas para conseguir uno de estos regalos oscilan entre los 5.000 y los 60.000 euros anuales. En otros casos se bonifica con dinero (se establecen distintos porcentajes de comisiones en función del importe de las aportaciones, cuyo mínimo ronda los 2.000 euros anuales) la suscripción de un plan de pensiones. En todos los casos, las entidades no hacen distinciones sobre si se trata de dinero nuevo o de dinero ya depositado en el plan de pensiones de otra entidad que ahora se traslada. No hay que olvidar que el cambio de plan de pensiones es gratuito desde el punto de vista fiscal incluso si ya se está cobrando.

Los planes de pensiones son productos de ahorro a largo plazo para los que lo realmente importante, según los expertos, son las rentabilidades finales que generan, pues de éstas depende el importe de las pensiones futuras.

El año 2002 está siendo un mal ejercicio para la renta variable, al contrario que para la renta fija. Los planes de pensiones que incluyen acciones en sus carteras (incluso los que tan sólo pueden dedicar el 15% de su patrimonio a estos activos) registran a lo largo de los últimos 12 meses (de 31 de octubre de 2001 a 31 de octubre de 2002), de media, rentabilidades negativas. Los de renta fija consiguieron revalorizaciones que aun siendo positivas no llegan a salvar la inflación.

Es ésta la radiografía de los planes en el corto plazo. En el largo es bien distinta. Todos los rendimientos pasan a ser positivos en ocho y 11 años. Los productos con mejor comportamiento son los planes que incluyen hasta un 30% de renta variable en su cartera. Los que registran peores datos son los de renta variable pura (un mínimo del 75% del patrimonio se invierte en acciones).

Los expertos recomiendan, antes de suscribir un plan de pensiones concreto, analizar el historial de sus rendimientos y no utilizar el posible regalo a obtener como un factor clave de decisión. En definitiva, se trata de comprobar en los distintos plazos las rentabilidades obtenidas en comparación con todos los planes o tan sólo con los de su misma categoría.

El año 2002 está lleno de novedades en materia de planes de pensiones, únicos productos financieros que ofrecen ventajas fiscales inmediatas al reducir los impuestos a pagar por las aportaciones anuales: se han suprimido los límites porcentuales del 25% o del 40% cuando las personas son mayores de 52 años; se mantienen los límites absolutos de 7.212 euros anuales; a partir de los 52 años, el particular puede aumentar su volumen de aportaciones a planes de pensiones a razón de 1.202 euros por cada año que exceda de esta edad de referencia (se puede llegar así hasta un importe máximo de 22.838 euros para partícipes de 65 o más años de edad); no es necesario obtener rentas procedentes de rendimientos del trabajo o de actividades económicas para poder realizar aportaciones a planes de pensiones (se admiten, por tanto, las rentas del capital); en los planes de empleo se han suprimido los límites porcentuales para las aportaciones a favor de los empleados (se ha eliminado el límite conjunto para planes individuales y de empleo), y se ha elevado el importe permitido de las aportaciones a los planes a favor de personas con minusvalía.

Ventajas tributarias

Agotar al límite estas posibilidades tiene unas inmediatas ventajas tributarias. Estas aportaciones reducen la base imponible (ingresos totales) sobre la que se calculan los impuestos a pagar. Así, por cada 1.000 euros de aportación se consiguen, en función de la situación económica de cada contribuyente, ahorros fiscales que oscilan entre 180 y 480 euros.

Es importante recordar que un plan de pensiones se puede hacer efectivo bajo tres distintos sistemas: en forma de capital, en un pago único; en forma de renta, recibiendo pagos con periodicidad regular, incluyendo al menos uno al año; y en forma de prestación mixta, combinando los dos sistemas anteriores. Al rescatar un plan de pensiones en un único pago, la suma de las aportaciones y sus rendimientos sólo se computa a efectos fiscales por el 60% de dicha cantidad siempre que la primera aportación al plan suscrito cuente con una antigüedad superior a los dos años. Si el rescate se produce en forma de renta periódica o si no se cumple este plazo bianual, no se aplica tal reducción.

Cuanto más joven se empiece a preparar la jubilación, más garantías existen de obtener unas rentas adicionales altas. Si el particular tiene hoy 45 años y destina en los próximos 20 unos 720 euros anuales podrá percibir una vez que llegue a los 65, y durante 20 años más, una renta mensual constante y a precios actuales -se estima una inflación anual del 3%- que puede variar entre 88 euros y 224 euros, según que la rentabilidad anual obtenida en el plan se sitúe en el 5% o el 10%. Si destina esta misma cantidad a partir de, por ejemplo, los 45 años, la renta mensual que percibirá se reducirá, bajo los mismos parámetros de rentabilidad y riesgo, hasta los 69 euros y 139 euros.

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