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Columna
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Listos

No han escrito ni es probable que escriban páginas inmortales; no han compuesto sinfonías memorables; no han hallado la vacuna contra el sida o el cáncer; no han inventado nada y, sin embargo, se las saben todas. Son los listos del mundo. Creo que era Anatole France quien distinguía entre los malvados y los idiotas, y se quedaba con los primeros porque los segundos, decía, no descansan. Yo creo que los listos son peores (son idiotas morales además), aunque descansen inmerecidamente en sus villas blindadas de la Costa Dorada o Azul que pronto será negra gracias a ellos, gracias a su estimable colaboración en el empuercamiento material y moral de este planeta. Gracias a su listeza.

Ha hecho falta que los percebes y los rodaballos se pongan de luto para que reparemos en la impunidad de petroleras y armadores

El hundimiento del Prestige ha puesto de actualidad la existencia de una siniestra flota de fortuna que emborrona las espaldas del mar bajo los más variados y dudosos pabellones. Petroleros que deambulan en busca de compradores para sus ofertas, una especie de Todo a Cien del crudo gestionado en la sombra y la distancia por un grupo de listos negociantes tejanos, antiguos ejecutivos de multinacionales del petróleo para quienes el fuel y su viscoso mundo carece de secretos. Gente la mar de lista. La mayoría de sus barcos son noruegos y griegos, como el del capitán Apostolos Maguras. Un barco a la medida de los viajes más oscuros de Conrad. Ha hecho falta un desastre ecológico, económico y social como el de la costa coruñesa para que desviemos nuestra atención de asuntos capitales como el de los muchachos de Operación Triunfo y echemos una mirada sobre el mar ancho y sucio. Ha hecho falta que los percebes y los rodaballos se pongan de luto para que reparemos en la impunidad de petroleras y armadores.

Hizo falta Roldán, ahora en primera plana de la actualidad, para que finalmente su partido aceptara que algo olía a podrido en la Administración. Un auténtico listo el antiguo director general de la Guardia Civil. A lado de semejante bucanero, Apostolos Maguras, a pesar de las manchas de fuel, parece un mirlo blanco.

Roldán es la listeza individual, la mangancia y la jeta al detall frente a la desvergüenza al por mayor representada por las petroleras. Cepsa, sin ir más lejos, compró al mismo Prestige 40.000 toneladas de fuel árabe en 1998. Por supuesto que todo es legal, hasta que deja un buen día de serlo. También las malandanzas de Roldán fueron un día aceptadas como cosa normal, cuando hasta el presidente del Gobierno ponía su blanca mano sobre el fuego para defender su honra. Qué tiempos. Tiempos echados a perder (o echados a ganar) por un puñado de listos, expertos fabricantes de currículos falsos como duros de plomo. Buena gente. Dicen que Luis Roldán, más tarde o más temprano, devolverá a las arcas del Estado los cuantiosos caudales que malversó (qué lírica palabra: malversar). Le ofrecieron un curro de administrativo en Zaragoza. Su otra opción es ganarse la vida en la telebasura, que es donde ahora los listos prosperan. Yo era un tonto -recito con Alberti y Buster Keaton- y lo que he visto me ha hecho dos tontos.

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