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Principio de acuerdo para que Pasqual dirija el Lliure

El director deberá realizar previamente un proyecto y someterlo a las instituciones

Lluís Pasqual regresará a la dirección del Teatre Lliure en la primavera próxima de prosperar el acuerdo que se ha fraguado para ello. El Lliure, las instituciones públicas que lo subvencionan y el propio Pasqual están de acuerdo en el sinuoso camino que ha de conducir a ese objetivo. Pasqual deberá confeccionar un proyecto para el Lliure susceptible de aplicación para los próximos cuatro o cinco años, y que deberá ser aprobado por los órganos de gobierno del colectivo y las instituciones implicadas en él. Entonces, Pasqual será nombrado director.

El Lliure se ha dado prisa en intentar cerrar la crisis en que lo ha sumido la muerte repentina de su director, Josep Montanyès, y ante la perspectiva de tener que confeccionar la próxima temporada.

El proceso que se ha puesto en marcha se iniciará oficialmente con una próxima reunión de los órganos de gobierno de la Fundación Teatre Lliure-Teatre Públic de Barcelona (en los que están representados la Generalitat, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona), que será convocada lo más rápidamente posible. En ella, el presidente de la fundación, Antoni Dalmau, propondrá a Pasqual el encargo del proyecto. Este proyecto será entregado a la fundación en febrero para su discusión y posible aprobación. En ese caso, Pasqual sería nombrado director (hacia la primavera) para poner él mismo en marcha su proyecto.

Fuentes de la fundación dijeron ayer a este diario que tanto las instituciones como Pasqual están de acuerdo en la decisión y en el proceso. "Si no se hubiera dado ese consenso previo, no habría tenido sentido ponerse en marcha", señalaron. "Las instituciones de momento aceptan que se le haga el encargo; ante el nombre de Lluís Pasqual, no se puede decir que no de entrada. Hará un proyecto. Si se lo aprueban será el director, y si no, no".

El rocambolesco método pone de manifiesto las prevenciones que hay ante el desembarco en el Lliure de Pasqual -que sostuvo en su momento un fuerte pulso con las administraciones, especialmente con el concejal de Cultura, Ferran Mascarell-, pero también muestra a las claras que hay bastante coincidencia en que la solución más lógica a la crisis del Lliure pasa por que el director más emblemático del colectivo vuelva a hacerse cargo del mismo.

El propio dramatismo de la muerte de Montanyès habría facilitado el acercamiento y provocado que se dejaran de lado algunas actitudes viscerales.

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Habrá que ver ahora la reacción del sector teatral -parte del cual es contrario a que se ponga a Pasqual al frente del Lliure- que, de momento, no ha sido consultado. En todo caso, según la fundación, "todo el mundo sabía que tras la muerte de Montanyès el Lliure dirigiría sus primeras gestiones a recuperar a Pasqual. Era natural empezar por él. En el fondo, es lo que el propio Montanyès deseaba, aunque con otro ritmo, agotando él su tiempo, el plazo de un contrato programa".

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