De la búsqueda del 'Titanic' a la visualización del 'Prestige'
Una combinación de técnicas desarrolladas o mejoradas en los últimos años permitirían localizar con precisión y echar un vistazo a los trozos del Prestige en el fondo oceánico. Al fin y al cabo los equipos avanzados de exploración submarina hicieron posible en 1985 localizar -y después filmar- los restos del naufragio más famoso de la historia, el del Titanic, que reposa en el fondo del mar, a 3.775 metros de la superficie, poco más que el petrolero accidentado frente a la costa gallega, a 3.600 metros de profundidad.
Con el Titanic el problema inicial era saber dónde estaba. Los primeros intentos serios de búsqueda comenzaron en 1980, con expediciones que rastrearon la zona donde se suponía que había acabado el transatlántico. Se usó el sonar, una especie de radar pero que utiliza ecos de sonido de distintas frecuencias en lugar de pulsos electromagnéticos. Varias campañas de rastreo no dieron con el famoso barco, si bien lograron fijar 14 lugares donde podía estar.
Sonar de barrido lateral
En 1985 había avanzado mucho la tecnología denominada sonar de barrido lateral, que ahora es prácticamene imprescindible en las exploraciones marinas. Se utilizó para buscar el Titanic, pero tras una intensa campaña que rastreó en la zona más prometedora fue finalmente localizado con una cámara submarina colgada de un buque. Los magnetómetros (dispositivos que permiten distinguir las señales anómalas respecto al campo magnético terrestre y son capaces de detectar materiales como el hierro o el acero) habían indicado la presencia de una gran masa metálica en aquél lugar, pero los expertos no reconocieron la señal en el momento como la marca del buque.
El sonar de barrido lateral se utiliza, por ejemplo, en el tendido de cables submarinos cuando es necesario conocer el medio en que se apoya para controlar la fricción que sufre. Pero también es muy útil en arqueología submarina y en la pesca, para localizar bancos incluso a grandes profundidades. El instrumento es un equipo que se baja desde un buque hasta una profundidad conveniente y va emitiendo el eco, que rebota de manera diferente en estructuras diferentes. La señal de rebote captada en los receptores indica la presencia de los objetos, de la misma forma que un radar identifica un avión volando en el aire.
En el caso del Prestige, la técnica del sonar de barrido lateral permitiría localizar con precisión los restos del buque, tras su descenso de casi 4.000 metros por el agua, con fuertes corrientes.
Los descubridores del Titanic, animados por la recompensa en fama y dinero que cobraría quien mostrara los restos del famoso naufragio, utilizaron costosísimos equipos submarinos para descender a los abismos oceánicos y filmar el buque. Incluso lograron recuperar piezas del mismo.
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