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El PP rechaza en el Congreso una iniciativa sobre siniestralidad avalada por 800.000 firmas

Todos los grupos parlamentarios de la oposición apoyan la proposición de UGT

Carlos E. Cué

A pesar de las 800.000 firmas de ciudadanos que la avalaban y el apoyo unánime del resto de grupos parlamentarios, el PP utilizó ayer su mayoría absoluta en el Congreso para descartar en el primer trámite la iniciativa legislativa popular presentada por la UGT con medidas contra la siniestralidad laboral. Un problema que ha causado la muerte de 780 trabajadores en los ocho primeros meses de este año. El trabajo de meses de recolección de firmas desapareció en los cinco minutos que duró la votación, con 149 votos en contra, 132 a favor y la abstención de Coalición Canaria.

La oposición pidió, casi rogó al PP que admitiera a trámite la iniciativa para luego modificarla todo lo que quisiera. Pero el partido del Gobierno, con el argumento de que hay que respetar las leyes aprobadas por las Cortes y que hay negociaciones en marcha sobre estas cuestiones, no dejó ningún margen a ese debate.

"Incomprensible". "Decepcionante". "Parlamento autista". Fueron algunas de las definiciones que utilizaron tanto los parlamentarios de la oposición como Cándido Méndez, secretario general de la UGT, presente en el pleno junto a una amplia representación del sindicato. Unos y otros, aunque con discrepancias sobre el fondo de las medidas propuestas, miraban a los bancos del PP con una sola petición: que reconozcan el esfuerzo y la legitimidad que supone llevar 800.000 firmas al Congreso y acepten al menos que la iniciativa se tramite.

El PP hizo sólo la primera parte de lo que le pedían. Reconoció el esfuerzo y la legitimidad. El diputado Jesús Manuel Pérez Corgos, en un tono muy amable, dijo que coincidía con el fondo de la exposición de motivos que acompaña a la iniciativa de UGT. Una frase que no dejó pasar Méndez: "¿Cómo puede estar de acuerdo con el fondo y no admitirla a trámite?", se preguntaba. "Ha sido todo muy inconsistente, no dan motivos porque no tienen", concluía el sindicalista. Incluso Carles Campuzano, de CiU, dijo no compartir muchos aspectos, pero que es justo tomarla en consideración.

Acuerdo en el fondo

El debate fue un tanto extraño, porque en realidad todos parecían estar de acuerdo con la idea de que el problema de la siniestralidad laboral es uno de los principales en España. Y ésta deriva de gran parte de la "temporalidad excesiva", una de las mayores de Europa, reconoció el diputado del PP, quien se mostró dispuesto a abordar estos asuntos y otros. Pero lo haría, y éste fue otro de sus argumentos, en una mesa en la que "estén todos", en clara referencia a la ausencia de Comisiones Obreras en la iniciativa. Cuando ésta surgió, los sindicatos estaban enfrentados porque CC OO firmó un pacto de pensiones con el Gobierno al que se opuso UGT.

Si algo dejó claro el debate de ayer es que cada día es mayor la unidad entre sindicatos y oposición. El socialista Ramón Jáuregui, que expuso los argumentos a favor, agradeció a la UGT sus esfuerzos, y dijo que esta iniciativa tiene un "plus de legitimidad" porque "surge de las fábricas", que es donde están muriendo cientos de trabajadores cada año: 780 en los ocho primeros meses de este año. Jáuregui destacó el "evidente fracaso" de la política del Gobierno.

La idea que figuraba en la iniciativa legislativa popular, un método muy poco frecuente porque necesita un mínimo de 500.000 firmas, era una batería de medidas para combatir la precariedad y la temporalidad en el empleo -el 31% de los asalariados, frente al 13% de la media europea-, y con ella tratar de reducir la elevada siniestralidad laboral. Se centraba especialmente en medidas para evitar los fraudes en sectores como el de la construcción donde la norma es que los trabajadores encadenen varios contratos temporales. Se proponía además una reducción de la jornada porque, dice la UGT, está demostrado que gran parte de los accidentes se producen por el exceso de horas en el tajo.

"No despreciemos este trabajo", pidió Francisco Frutos, de IU. "Demuestren que tienen sensibilidad frente a 800.000 trabajadores implicados. Dejen participar a la sociedad civil", espetó en dirección a los bancos populares, que no parecían escucharle. Mientras se producía el debate, varios diputados socialistas, entre ellos Jesús Caldera, y de IU se acercaban a la tribuna de invitados para apoyar a Méndez, que al final vio truncadas sus opciones, a lo que la bancada de la izquierda respondió con un largo pataleo en sus escaños.

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