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Directores de 9 institutos del Maresme denuncian el "contrasentido" de las clases de religión

Los docentes sugieren a Enseñanza que la catequesis carece de cualquier valor académico

Los directores de nueve institutos del Maresme han dirigido una carta al Departamento de Enseñanza de la Generalitat para denunciar el "contrasentido" que representa que la asignatura de Religión, impartida como catequesis y no "desde la pespectiva laica", ocupe el horario lectivo y obligue a los alumnos que no la eligen a cursar materias alternativas que no puntúan. En algunos de estos institutos no hay ni un solo estudiante de primero de ESO que haya elegido la asignatura de religión. Los docentes sugieren que la religión se retire del plan de estudios.

La carta, dirigida al Departamento de Enseñanza de la Generalitat, ha sido enviada por los directores de centros de secundaria como acción de protesta, según señaló ayer Carmel Puighermanal, directora del IES Jaume Almera de Vilassar de Dalt, centro del que surgió la iniciativa. "Si los conocimientos sobre cultura de las religiones son tan importantes deberían formar parte de currículo, y no ser sólo una alternativa a otra materia", afirma Puighermanal.

Esta opinión queda reflejada en la carta, en la que los directores afirman: "Todos los alumnos deberían finalizar la ESO con unos referentes claros que les permitan comprender el hecho religioso. Este conocimiento, desde el punto de vista laico, tiene que figurar entre los objetivos curriculares de todos los alumnos, independientemente de sus creencias, la de sus familias y la de sus profesores".

Según los firmantes, en la defensa de la presencia de la religión en la escuela "se echa de menos una distinción, tan obvia que parece un olvido, entre las dos formas en que el hecho religioso puede tratarse en las aulas, desde la perspectiva laica o desde la perspectiva catequética". Esta perspectiva desde la catequesis "no es compatible con la perspectiva laica, precisamente porque esta última hace una abstracción de las creencias religiosas de cada uno".

El documento también refleja la preocupación de los directores y del profesorado, porque "implantar contenidos educativos con el objetivo fundamental de ocupar el tiempo de los alumnos que no hacen catequesis es una medida contraria a los principios elementales de la función educativa". "No estamos en contra de la religión", puntualiza Puighermanal, "pero sí de la enseñanza alternativa a cualquier otra materia".

La situación roza la paradoja en algunos centros, como el IES Jaume Almera, donde ningún alumno ha escogido cursar religión, por lo que todos los estudiantes se ven obligados a asistir a una clase alternativa de una materia que no se imparte. Este caso es extremo, pero la realidad en otros centros de la comarca es igualmente desoladora. En el IES Alella, por ejemplo, sólo tres alumnos asisten a la clase de religión. En el IES Vilatzara, de Vilassar de Mar, sólo seis del centenar de alumnos cursan religión, materia que requiere de un profesorado especialmente designado por las autoridades religiosas.

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Negativa de los profesores

Para hacer frente a la materia alternativa, los profesores de ciencias sociales deben reciclar contenidos y adaptarse a esta situación. Según explica el director del IES Jaume Almera, "muchos profesores se negarán a cursar esta asignatura alternativa como una forma de objeción de conciencia".

Actualmente se imparten dos horas lectivas semanales de religión o, en su defecto, de la enseñanza alternativa. "Que se impartiera la religión en horas extraescolares podría ser una buena solución, aunque por lógica, esta materia debería retirarse del plan de estudios", sugiere Puighermanal, para quien el documento tiene que ser un incentivo para el debate.

De la misma opinión es Magda Bestit, directora de estudios del IES Serra Marina de Premià de Mar: "La idea es conseguir que se establezca un cierto debate sobre el tema, en el que también participen las instituciones y la Administración".

"Ni la opinión pública ni la intelectualidad hablan nunca de este tema, y para los padres la introducción de la materia alternativa a la religión supone sólo un nuevo cambio", explica Puighermanal. "Los padres no son demasiado conscientes de lo que representa que sus hijos estudien una cosa o la otra. Quizá se darán cuenta del problema dentro de unos años", concluye Magda Bestit.

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