"Blair no está buscando ser presidente de Europa"
Peter Mandelson ha tenido que salir dos veces del Gobierno británico. Mantiene una agridulce relación con la política y la prensa, que ha llegado a apodarle el príncipe de las tinieblas por su forma intrigante de manejar los hilos tras los telones de Londres. Pero lo que nunca ha abandonado es su posición como gran amigo y aliado del primer ministro británico, Tony Blair. Y en calidad de tal, Peter Mandelson, hoy diputado, ayer ministro, asegura: "Tony Blair no busca ni buscará el puesto de presidente europeo. Yo, como amigo y aliado de Blair, puedo decirles que no es un trabajo que él esté buscando".
Hace pocos días, la prensa británica aseguraba, citando fuentes próximas a Blair, que éste aspira a convertirse en el presidente de la Unión Europea tras culminar su segundo mandato y si prospera el proyecto de un liderazgo fuerte que estos días se debate en Bruselas y que Londres está promoviendo con fuerza. "Blair apoya la idea de un presidente fuerte del Consejo para dirigir la proyección internacional de la Unión y para dotar de una coherencia y enfoque a las políticas europeas", asegura Mandelson, de 49 años, que asiste estos días en Madrid a un seminario organizado por The Economist. Él es uno de los pocos políticos laboristas que intentan impulsar contra viento y marea la entrada del Reino Unido en la zona euro, y está convencido de que antes de junio de 2003 el Gobierno británico declarará abierta la carrera hacia el referéndum.
En el camino hacia ese objetivo, Mandelson destaca la influencia que ha adquirido el Gobierno británico en la nueva Unión Europea como "la mayor que ha tenido Gran Bretaña desde su ingreso". "Nuestro país tiene ahora un papel central en la construcción europea, tiene un respeto que nunca tuvo con Margaret Thatcher ni con John Major. Y eso está causando celos a algunas personas en Francia y Alemania". Esa posición causa resentimiento en algunos círculos de la Europa continental, porque, según Mandelson, "ven incoherente que Londres esté desempeñando un gran papel en Europa sin formar parte del euro. Yo entiendo esa irritación".
Mandelson, que tuvo que dimitir dos veces por distintos escándalos de supuesta corrupción que más tarde quedaron sin probar, echa de menos muchas cosas de su trabajo como ministro. "Pero no tengo amargura. Para mí lo importante es ver que la influencia de Gran Bretaña sigue creciendo en Europa frente al eje franco-alemán". "La relación histórica de Francia y Alemania es importante, pero no nos vamos a subordinar a Francia y Alemania, como España tampoco se va a subordinar. Es importante que sigamos ahí y no seamos excluidos por ellos".
Sobre Irlanda del Norte -su último cargo en el Gobierno fue el de ministro para el Ulster, de 1999 a 2001-, no es muy optimista. "No va a volver el conflicto y la guerra, pero tampoco va a ser fácil que unionistas y republicanos recuperen la confianza que les permita gobernar juntos la provincia. Lo que hace falta es que el IRA se desmantele".
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