El síndico mayor va al estanco

Los funcionarios de la Sindicatura de Cuentas ya pueden ir al estanco a por sellos. Fuentes de la entidad explicaron que el síndico mayor, Marià Nicolàs, firmó ayer el talón que les autoriza a adquirir los sellos reclamados desde hace casi dos meses por los síndicos, con lo que puso fin a uno de los episodios más grotescos de la historia de la sindicatura: el bloqueo de un informe tan sensible como el de Europraxis -vinculada a Josep Pujol Ferrusola, hijo del presidente de la Generalitat- por falta de sellos.

El pasado junio, el Parlament encargó a la sindicatura un informe sobre los contratos de Europraxis con las administraciones catalanas, lo cual provocó el enfado de Convergència i Unió (CiU), que se vio obligada a respaldar el encargo para no quedar en minoría. Cinco meses después, no obstante, los trabajos estaban atascados por falta de sellos.

Llevar a cabo el encargo exige enviar cartas a los 950 ayuntamientos catalanes y a sus empresas y organismos públicos para recabar información sobre si han trabajado con Europraxis, pero Nicolàs iba posponiendo la autorización necesaria para comprar los sellos, que suponen un coste de unos 3.000 euros.

La sindicatura tiene un superávit que varias fuentes cifran entre 1,8 y 2,4 millones de euros. Había dinero, pero lo que faltaba era la firma del síndico mayor. Éste firmó el pasado viernes el acta de la reunión de la junta de gobierno de la semana anterior, el paso necesario para autorizar la compra, y ayer, finalmente, firmó el talón.

El primer secretario del Partit dels Socialistes (PSC), José Montilla, pidió ayer la dimisión de Marià Nicolàs, a quien atribuyó la responsabilidad de tener paralizada la institución encargada de fiscalizar las cuentas de las administraciones públicas en Cataluña, informa Enric Company.

Montilla consideró que la situación en que se halla la Sindicatura de Cuentas es "una vergüenza". Y aunque atribuyó a Nicolàs la responsabilidad del bloqueo actual, acusó al Gobierno de Jordi Pujol de estar interesado en que la sindicatura no funcione porque de esta manera queda sin control la actuación de los departamentos de la Generalitat.

"Marià Nicolàs debería dimitir por dignidad", concluyó el líder de los socialistas catalanes, que con su abstención facilitaron el pasado mayo el nombramiento de Nicolàs, quien fue elegido con los únicos votos de CiU. Con la petición de dimisión efectuada por su secretario general, el PSC se suma ahora a la postura de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), que ha reclamado reiteradamente la renuncia de Nicolàs.

Los problemas con el informe sobre Europraxis no son un caso aislado. El síndico mayor se resistió durante cuatro meses a ampliar el informe sobre el caso Pallerols -de presunta financiación irregular de Unió con fondos de Trabajo- que le exige el Parlament y únicamente lo asumió tras ser obligado por el pleno de la sindicatura. Nicolàs retiene sin enviar a la Cámara más de 20 informes que el organismo fiscalizador aprobó el pasado julio. También se niega a ampliar el número de auditores como le reclama el Parlament, a pesar de que históricamente la sindicatura se ha quejado falta de medios. La actitud del síndico mayor ha abierto una crisis institucional sin precedentes al evitar acatar las resoluciones de la Cámara, de la cual depende la sindicatura.

Nicolàs no sólo está enfrentado al Parlament, sino que se encuentra en minoría en el interior de la sindicatura. La semana pasada quedó patente durante el pleno de esta institución: cinco de los siete síndicos aprobaron una resolución en la que le instan a convocar las oposiciones para ampliar el número de auditores, como reclama el Parlament. De momento, Nicolàs ha hecho caso omiso de la votación y ha suspendido el pleno de la sindicatura que estaba previsto celebrar hoy.