Pavlovsky retrata en un libro de fotos la esencia y las emociones de la danza

Jacques Pavlovsky (San Juan de Luz, 1931) ha unido su profesión de fotógrafo con el gusto por la estética de la danza. El resultado: un libro con 32 imágenes "muy puras" del Ballet Biarritz en las que muestra el trabajo final de los bailarines en los espectáculos, así como las emociones que él experimentó como espectador.

Pavlovsky ha dejado atrás el estrés y el trajín de maletas que acompañaron durante muchos años su labor de foto-periodista, que le permitió captar acontecimientos como el Mayo del 68, el fin del franquismo o la guerra entre Irak e Irán. Pero su cámara y las ganas de hacer fotografías siempre están ahí.

Así que, afincado ahora en Urrugne, en el País Vasco-francés, y movido por su amor hacia el Ballet Biarritz, creado en 1998, ha seguido los pasos de la compañía durante dos años. Días y días de ensayos y giras. Días y días de observación hasta conocer a fondo las coreografías en las que iba trabajando, a fin de captar las imágenes desde la ubicación adecuada.

"He tenido la suerte de vivir la construcción de la compañía y he comprobado lo difícil que es el trabajo del bailarín", relata el fotógrafo. A la hora de concretar el contenido del libro Ballet Biarritz 1, ha renunciado a mostrar al bailarín trabajando, preparando la coreografía, para dar a conocer el trabajo final del bailarín: el espectáculo, las líneas ideadas por el coreógrafo. Y es que Pavlovsky está "fascinado por las construcciones y las líneas de la arquitectura". El autor además ha querido transmitir las emociones que sintió al observar esos movimientos, esos gestos precisos de los artistas.

Pavlovsky ha sacado cientos de fotos, pero al final se ha quedado con 32 imágenes en blanco y negro, con mucha luz y apenas grises, que gozan de "una gran pureza y fineza". La mayoría de los instantes recogidos en el libro pertenecen a las coreografías Cascanueces y La chambre d'amour. El fotógrafo y el Ballet Biarritz no descartan organizar una exposición.