A la francesa
Las instituciones alaban los tranvías de Orleáns y Burdeos, pero no dicen cómo pagarán el de Vitoria
"En año electoral, siempre son más generosas las instituciones... las instituciones que tienen elecciones". Álvaro Amann, consejero de Transportes y Obras Públicas, contestó con una broma a la pregunta más espinosa de su viaje a Orleáns y Burdeos. El Gobierno vasco invitó a una treintena de personas a visitar los tranvías de las dos ciudades francesas. Desde el martes hasta el jueves coincidieron, entre otros, el consejero, el diputado alavés de Obras Públicas, Antonio Aguilar; el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso; varios portavoces de los grupos políticos municipales y un grupo de periodistas.
Fue un viaje amable, sin el más mínimo roce. No hubo pie al morbo en las coincidencias ocasionales entre Alonso y José Enrique Bert, portavoz de la suspendida Batasuna. Ni entre Amann y Aguilar, pese a las poco fluidas relaciones entre PNV y PP, y a que ciertos rumores apuntan al consejero como futuro candidato nacionalista a alcalde de Vitoria. Lejos de eso, entre tantas y tantas horas de autobús, hubo lugar a alianzas momentáneas: Aguilar y María Jesús Aguirre, concejal del PNV, formaron la pareja más sólida en las largas partidas de mus sobre las autopistas francesas.
En la visita a las obras, la financiación fue el tema estrella. Las instituciones conocieron de primera mano el modelo francés, que incluye un impuesto a las empresas de entre el 1,7% y el 2,2% de su masa salarial bruta. Con ese ingreso, se costea el 33% del proyecto.
Llegado el momento de extrapolar la experiencia de Orleáns y Burdeos a Bilbao, donde el tranvía se inaugura a finales de año, y sobre todo a Vitoria, todos reafirmaron su apuesta decidida por el tranvía como medio para descongestionar el centro de las ciudades.
¿Y la financiación, qué? Aguilar quiso suavizar la polémica que enfrenta al Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación alavesa, ambos en manos del PP, con el Gobierno vasco. "Habrá un consenso político muy amplio, el problema económico se va a resolver", zanjó. Amann se escabulló del asunto con maestría; a la francesa, que se dice, fundiendo en una frase las ideas de la generosidad y las elecciones. Y simultáneamente pasó los micrófonos al alcalde, que en mayo se presentará como candidato a la reelección.
Conclusión: las tres instituciones involucradas en la financiación del tranvía siguen, como antes de viajar a Francia y a menos de un año de iniciar las obras, sin saber exactamente cuánto costará el proyecto en Vitoria (entre 78 y 84 millones de euros). Y menos aún saben cómo se repartirán el gasto.
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