Ramón-Llin critica que crezca el regadío en otras autonomías

Algunas autonomías deficitarias de agua siguen aumentando su superficie de regadío a pesar de que el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y el Plan Nacional de Regadíos (PNR) prohíben que se distribuyan recursos hídricos para regar nuevas transformaciones, según criticó ayer la Consejera de Agricultura, María Ángeles Ramón-Llin. No es el caso de la Comunidad Valenciana, continuó la consejera, cuya 'administración y regantes' tienen un sentido de la responsabilidad que no tienen en otras comunidades autónomas vecinas. Por ello, Ramón-Llin explicó que la consejería que dirige ha solicitado al Ministerio de Agricultura que 'haga cumplir la normativa'.

La consejera realizó estas declaraciones antes de clausurar las segundas Jornadas de Regadío en la Comunidad Valenciana, donde recordó que hay previstos 1.112 millones de euros hasta 2006 para modernizar 230.000 hectáreas, el 75% de la superficie de regadío valenciana. Una modernización que Ramón-Llin estimó que ahorrará entre un 15 y un 20% de agua.

La titular de Agricultura recordó que la política de su departamento va encaminada a evitar nuevas transformaciones y a consolidar las actuales en una autonomía como la valenciana, que sufre un déficit hídrico estructural, y que se intensifica en la zona de la Marina Baja y el Vinalopó y en la Plana de Vinaròs-Penyíscola.

En este contexto se entiende el Plan Hidrológico Nacional (PHN) -que prevé desviar desde la cuenca del Ebro hasta 315 hectómetros cúbicos de agua para la Cuenca del Júcar y 450 hectómetros cúbicos hasta la del Segura-, y también la reutilización de agua para el riego o las 17 plantas desaladoras que hay en estos momentos en la Comunidad Valenciana. La previsión es reutilizar 100 hectómetros de aguas depuradas y pasar de los 17,8 hectómetros cúbicos de agua desalinizada a 40.

La agricultura de regadío genera en torno al 75% de la producción final agraria valenciana y centra, además, el 90% de las exportaciones agrarias de la Comunidad Valenciana.