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Los prostíbulos de Barcelona que no se ajusten a la nueva ordenanza municipal deberán cerrar

El Ayuntamiento regulará nuevos requisitos para burdeles, bares, discotecas y locutorios

Clara Blanchar

Los prostíbulos de Barcelona situados pared con pared con viviendas, en sótanos, a menos de 100 metros de distancia de escuelas, hospitales u organismos públicos, o que ocupen más de 150 metros cuadrados en fincas habitadas deberán cerrar en poco más de un año. Así lo prevé la nueva ordenanza de regulación de las actividades y establecimientos de concurrencia pública que prepara el Ayuntamiento de Barcelona y que también introduce novedades en las licencias para restaurantes, bares, discotecas, locutorios, centros de culto, y en la venta y consumo de alcohol.

El Ayuntamiento legislará los burdeles a raíz del decreto de la Generalitat que desde el pasado verano regula la prostitución. La nueva ordenanza entrará en vigor a principios de 2003 y afectará tanto a los locales de nueva creación como a los existentes. Estos últimos tendrán un año para adaptarse a la normativa. Transcurrido este tiempo, el Ayuntamiento retirará las licencias a los locales que no cumplan, por lo que deberán cerrar o buscar una nueva ubicación. Además de regular la actividad del sector de la prostitución, la ordenanza permitirá realizar por primera vez un censo de estos locales, que hasta ahora han funcionado camuflados bajo otras licencias.

Distancia entre locales

La ordenanza especifica además que los prostíbulos no podrán estar a menos de 100 metros de otras actividades de exhibición sexual, prostitución o sex-shops. La distancia entre locales es válida para toda la ciudad, aunque cada distrito podrá fijar distancias superiores. En cuanto a la seguridad, los burdeles deberán contratar a un mínimo de un vigilante de seguridad, dos si el local tiene un aforo superior a 50 personas y otros tantos por cada vez que se multiplique este aforo.

La nueva ordenanza afecta también a las salas de exhibición sexual y a los sex-shop con más de 20 cabinas individuales. En cambio, la normativa no afecta al ejercicio de la prostitución en viviendas particulares, porque no están considerados como locales de concurrencia pública. El portavoz del Ayuntamiento, Ernest Maragall, afirmó ayer que la nueva ordenanza pretende 'un equilibrio en el uso de la ciudad como espacio de convivencia'.

Así como la nueva ordenanza municipal es de cumplimiento obligatorio para todos los prostíbulos, tanto los existentes como los de nueva creación, en el caso de los establecimientos de ocio y restauración la normativa sólo afectará a los de nueva creación. Sin embargo, el Ayuntamiento pretende que con la nueva ordenanza las licencias de los locales existentes se adecuen a la actividad que realmente llevan a cabo, cosa que no siempre ocurre.

La normativa prohíbe instalar nuevos bares, restaurantes y discotecas en sótanos o junto a viviendas, es decir, colindantes con paredes, techo o pavimento de pisos habitados. En el caso de los establecimientos que actualmente tienen terraza, deberán adecuar los servicios sanitarios y de gestión de residuos al aforo del local. Esta medida pretende acabar con la existencia de grandes terrazas que corresponden a locales de tamaño e infraestructura muy reducidos.

El horario de funcionamiento de las terrazas dependerá de lo que fije cada distrito. En cualquier caso, queda prohibida la música en la calle y es responsabilidad de los propietarios mantener limpio y en orden el espacio que ocupan las terrazas, así como desalojar el espacio como máximo 25 minutos después de cerrar. En cuanto a seguridad, el número de vigilantes dependerá del aforo: un vigilante para locales de entre 150 y 500 personas de aforo; dos hasta 750 personas; tres hasta 1.000 personas y otros tantos por cada millar de personas que se sume.

Venta de alcohol

Respecto al consumo y venta de alcohol, la ordenanza prohíbe a los establecimientos comerciales vender bebidas alcohólicas entre las 23.00 y las 8.00 horas. La regulación de su consumo en la calle está descrita por la normativa de forma ambigua, aunque viene a decir que la prohibición dependerá de la 'apreciación de la autoridad' de que se puedan 'causar molestias a los vecinos o peatones'. Otra novedad que introduce la nueva ordenanza se refiere a la prohibición de ubicar las taquillas de cines, teatros y salas de conciertos a pie de calle. Las taquillas deberán situarse en el interior del establecimiento. Respecto a los locutorios telefónicos y los cibercafés, se establece que el espacio destinado al público debe hallarse a nivel de planta baja.

La nueva ordenanza también afectará a la creación de nuevos centros de culto religioso. Su construcción estará sujeta a licencia de obras y deberán contar con la certificación del Registro de Entidades Religiosas que otorga el Ministerio de Justicia.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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