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Reportaje:XVI CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA CHINO

El triunfo del hombre discreto

La reunificación con Taiwan y la estabilidad del país son las prioridades de Hu Jintao, el nuevo líder chino

Los intelectuales chinos aseguran que, como la sonrisa de la Gioconda, la de Hu Jintao sólo trasluce el enigma de su pensamiento. El hombre que hoy, a sus 59 años, se convertirá en líder supremo del país más poblado del planeta, ha hecho toda su carrera política nadando entre dos aguas y cobijándose a la sombra del árbol más frondoso. Ahora, que le toca salir a la palestra, tendrá que realizar un gran esfuerzo para no ser una marioneta de los hilos que se ocultan detrás de la cortina de bambú, en el ya tradicional y complejo escenario del poder chino.

'Asistimos al gran renacimiento de China' es una de las pocas frases que se conocen de Hu y que revela que el nacionalismo va a jugar un papel dominante en los años venideros. Hu, que suprimió con puño de hierro las manifestaciones independentistas de Tíbet, hasta declarar en esa región autónoma la ley marcial en 1989, instigó, sin embargo, las marchas de protesta de miles de chinos contra Estados Unidos después de que aviones estadounidenses bombardearon la Embajada china en Belgrado, en la guerra contra Yugoslavia durante la crisis de Kosovo.

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De joven, Hu Jintao, más obediente que vanguardista revolucionario, se trasladó, una vez licenciado en ingeniería hidráulica por la prestigiosa Universidad pequinesa de Qinghua, a la lejana provincia de Gansu para trabajar a pie de obra. Corría la Gran Revolución Cultural y los intelectuales no estaban bien vistos. Fue un trabajo duro pero en pocos meses logró liberarse enrolándose en un grupo de ópera revolucionaria. Quienes últimamente han viajado a la zona para averiguar la personalidad del nuevo secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) se han encontrado con la misma respuesta: 'No reparamos en él. Nadie podía imaginarse que llegaría a donde está'.

Del teatro saltó a un sillón de despacho: Hu Jintao iniciaba su carrera política. Song Ping, un héroe de la guerra chino-japonesa fue su primer mentor. Ya entonces, el PCCh buscaba incluir profesionales entre sus cuadros y Hu tenía las cualidades que se pedían: obediencia, profesión y juventud. Su ascenso a través del aparato del partido fue imparable. En 1982, a los 39 años, se convirtió en el miembro más joven del Comité Central del PCCh. A este importante órgano de poder llegó tras colgar en la pared el título de ingeniero para dedicarse plenamente al partido.

Algunos diplomáticos que estuvieron en contacto con Hu durante el viaje que realizó hace ahora un año a España, Alemania, Francia y Reino Unido, su primera gran gira como delfín, señalan que dejó entrever su deseo de reformar el esclerótico sistema político. No sería de extrañar ya que el segundo patrocinador de Hu Jintao fue el reformista Hu Yaobang, el secretario general del PCCh que, en enero de 1987, fue destituido fulminantemente para acallar a la facción ultraortodoxa que le acusaba de estar contagiado de 'liberalismo burgués'. Deng Xiaoping, que perdió entonces a su mano derecha y dos años más tarde a su mano izquierda, Zhao Ziyang, a consecuencia de la revuelta estudiantil en la plaza de Tiananmen que terminó en matanza, eligió poco tiempo después, en 1992, a Hu Jintao, que había crecido políticamente a la sombra de estos dos grandes reformistas.

Pero lo poco que ha trascendido de lo que ha dicho Hu Jintao, si es que ha dicho algo más, durante este XVI Congreso del PCCh es puramente continuista de la política seguida por Jiang Zemin. Algunos viejos militantes del PCCh aseguran, sin embargo, que el nuevo líder es un hombre 'abierto y trabajador' que sabe que para nadar en las 'turbulentas aguas del poder chino es necesario mantenerse callado incluso hasta después de tener el báculo en la mano'.

Hu tuvo tiempo de templarse como líder durante los años en que fue secretario del partido en Gansu y en las provincias de Guizhou y Tíbet. Los contactos que se necesitan para gobernar en Pekín los consiguió en el tiempo que permaneció en la Liga de la Juventud y sobre todo en la Escuela Central del Partido, de la que era presidente hasta ahora. Pero los apparachik no tienen carisma, y este hijo de un acomodado comerciante de té de la provincia de Anhui, tampoco.

Los expertos vaticinan que China entra en un periodo de dirección colegiada. El éxito de este Hu estará en saber encajar las distintas tendencias y tomar lo mejor de ellas. Cuando ha estado en provincias a jugado al palo y la zanahoria y quienes han colaborado con él afirman que siempre ve las dos caras de la moneda. Es partidario de la economía de mercado, pero considera que el Estado debe controlar algunos sectores básicos. Defiende que los multimillonarios entren en el Partido Comunista Chino pero le preocupa más que haya millones de chinos que se han quedado al margen de este gran despegue económico del país. Es partidario de mantener buenas elaciones con Estados Unidos, pero le interesa más la UE porque sirve para balancear el equilibrio del poder en el mundo.

Nadie sabe si Hu Jintao tiene sueños, pero si los tuviera, seguro que están relacionados con la reunificación de la patria y la estabilidad de China. Nada más convertirse en 1998 en vicepresidente del Estado formó una comisión de estudio para explorar vías de acercamiento a Taiwan. La vuelta al redil de la 'isla rebelde', como se la denomina en el argot político chino, es la prioridad no sólo de Hu sino de todo el país, y cualquier paso en esa dirección le reportará popularidad, respaldo político y la simpatía del Ejército chino, que aunque se encuentra cómodo en sus cuarteles mira con cierto menosprecio a los dirigentes que no tienen galones militares.

Hu Jintao, durante la clausura del congreso del PCCh.
Hu Jintao, durante la clausura del congreso del PCCh.ASSOCIATED PRESS

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