Una muestra de una veintena de piezas recorre la trayectoria de Oteiza

Una veintena de esculturas de Jorge Oteiza (Orio, 1905), algunas de ellas no expuestas anteriormente, y una carpeta original de grabados del artista se muestran desde ayer y hasta el próximo 12 de enero en la galería bilbaína Windsor Kulturgintza (Juan de Ajuriaguerra, 14). Se trata de un homenaje a la trayectoria vital del escultor guipuzcoano que glosa sus principales momentos creativos. 'Ésta es una idea que me rondaba hace año y medio. Oteiza y yo nos hemos tenido siempre mutuo cariño y hemos mantenido una buena amistad a lo largo del tiempo. Por ese afecto mutuo he querido dedicarle esta exposición, con obras de colecciones privadas, en la que el espectador puede seguir sus pasos y ver al Oteiza total', explicó ayer Roberto Sáenz de Gorbea, alma mater y ex director de Windsor Kulturgintza.

La primera figura, a la entrada de la galería, es el Estudio para la Piedad de Aranzazu, realizada en 1959 en bronce. Para finalizar, la Variante de la desocupación de la esfera, de 1958, cuya versión monumental se ha ubicado este año frente al Ayuntamiento de Bilbao. Entre una y otra obra, se exponen piezas de hierro, bronce, acero, cemento pintado, piedra, mármol y madera, una amplia gama de materiales con los que Oteiza ha trabajado a lo largo de su trayectoria.

'Esta exposición muestra al Jorge Oteiza auténtico, rotundo. La mayoría de las piezas están realizadas en el momento', indicó Sáenz de Gorbea. Algunas de las esculturas no habían podido ser vistas por el público. 'El Centauro, por ejemplo, o el especial relieve en azul del Retrato de Itziar no han sido mostrados con anterioridad. Aunque todas son piezas singulares de un momento, de una tendencia, de un tipo de trabajo del escultor', señala el fundador de la galería.

Lenguaje entre las obras

Sáenz de Gorbea resume en una visita rápida la obra de Oteiza reunida. De las obras figurativas de las primeras épocas se pasa a las 'formas cuboides'. 'La piedra rosa de Macla de contacto físico en redondo, realizada en 1973 a partir de una maqueta de 1957, habla por sí misma. Muestra la oposición entre la escultura bloque y la escultura espacial, que se da mucho en la obra de Oteiza', explica.

En el montaje se ha procurado que exista 'un lenguaje entre dos o más piezas'. Así, sitúa Hau Madrilentzat, un enérgico y compacto bronce, junto a una pieza en madera, Construcción vacia con cuatro unidades binarias. Ambas obras tienen un claro origen en los ejercicios con tizas de Oteiza.

De la serie de poliedros, se muestran un Poliedro en bronce y un Triedro en acero. Las dos piezas dirigen hacia la serie de Cajas Vacías, de la que se exponen dos, y a las Cajas Metafísicas, otras dos. Como colofón, 'la única obra gráfica que ha hecho Oteiza en su vida', la Ley de los Cambios, un libro de autor que consta de ocho textos del propio escultor y nueve aguafuertes originales, en una edición 'pequeña, de 45 ejemplares', que se presentó en 1991.