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Más de 1.000 tiendas al por mayor han abierto en Centro en sólo cinco años

Los vecinos denuncian que no existen zonas de carga y descarga ni recogida de residuos

Una mancha de colores se extiende por el barrio de Lavapiés. Y avanza día a día, a más velocidad. Son los cientos de tiendas de mayoristas que, desde hace cinco años, se vienen instalando en las calles de este barrio de Centro. Se trata principalmente de establecimientos dedicados a bisutería, ropa y complementos, aunque también hay locales de juguetes, deportes o electrónica, todos de venta al por mayor. Sus propietarios son comerciantes de nacionalidad china, marroquí, india, senegalesa y española. Cada vez que uno de ellos compra un local en la zona, se cierra una panadería, una mercería, una taberna o una ferretería. Los comerciantes aseguran que la cifra de mayoristas supera el millar.

IU y el PSOE pidieron al Ayuntamiento, hace meses, la relación de las licencias que ha concedido. Aún no han obtenido respuesta, pero algunos comerciantes cifran en varios miles el número de estos establecimientos. Los vecinos señalan que Lavapiés no está preparado para absorber semejante tráfico comercial, y protestan porque no existe ni una sola zona reservada para la carga y descarga de estos locales.

El mercado mayorista de Lavapiés comenzó tímidamente, hace décadas, en la calle del Amparo, con pequeñas tiendas de bisutería. Pero en cinco años se ha desarrollado impresionantemente. En estos momentos se extiende por las calles de Mesón de Paredes, Embajadores, Magdalena y todas sus transversales. Y avanza hacia Latina. Atrae a clientes de toda España, Europa, EE UU y Suramérica. 'Internacionalmente, es un punto muy importante de venta al por mayor, lo que pasa es que sólo lo sabemos los que nos dedicamos a esto. La gente se sorprendería con lo que se mueve aquí', afirma Ángel Meneses, un comerciante de la calle del Amparo.

'El 80% de los clientes vienen de fuera de Madrid. Muchos son extranjeros', añade otro mayorista de la misma calle. 'No hay en España un mercado de venta al por mayor tan fuerte como el de aquí. Y para Europa también es un punto estratégico. Tenemos clientes de Portugal, Francia, Italia, Alemania, Suecia y del norte de África. El cliente europeo prefiere venir aquí, porque importamos directamente de Asia y tenemos precios muy competitivos', subraya Hammer, mayorista español de origen kuwaití instalado en Lavapiés en 1993. Hammer asegura que ya hay comerciantes que sustituyen su viaje a India o Marruecos por otro con destino Lavapiés.

Según el concejal-presidente de la Junta Municipal de Centro, Carlos Martínez Serrano (PP), las calles de Embajadores, Amparo y Magdalena suman 166 comercios de venta al por mayor -aunque este periódico contó hasta 122 sólo en un tramo de la calle del Amparo: de Cabestreros a Magdalena-. Martínez Serrano agrega que en todo el distrito están contabilizados 1.100 comercios de mayoristas. 'Este barrio siempre ha tenido venta al por mayor. Se amplió mucho con la llegada de los orientales', explica.

A cualquier hora del día hay en Lavapiés furgonetas cargando o descargando enormes cajas. No tienen más remedio que parar en mitad de la calle, porque en la última reforma del barrio se instalaron por todas partes bolardos que impiden aparcar en los lados.. 'Las calles son un verdadero caos. Hemos solicitado al Ayuntamiento un horario de carga y descarga y no nos han hecho ni caso. Hasta 45 minutos ha llegado a estar cortado el tráfico en Embajadores, que lo he medido yo', explica Jorge González, vocal de IU en la Junta. El concejal-presidente niega este problema: 'Sí que hay zona de carga y descarga. Ahora no recuerdo dónde, pero sí que hay', asegura.

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Estrechez de calles

Por otra parte, y debido a la estrechez de las calles, los residuos y restos de embalajes (cajas de un metro de alto por uno de ancho) ocupan el espacio dedicado a los peatones. Comerciantes y vecinos denuncian que no existe un camión del Ayuntamiento que pase regularmente recogiendo los cartones. 'Varias veces hemos tenido que alquilar un camión y pagar para que se llevaran las cajas. Lo que ya no sabemos es qué hacen con ellas', cuenta otro mayorista.

José Rodríguez, jefe de la Sección de Recogida de Residuos del Ayuntamiento, replica que existe un servicio especial de recogida de cartones para las zonas en las que hay mucha actividad comercial, integrada por tres camiones para toda la ciudad. Y que todas las tardes, sobre las 18.00, recorre varias calles del barrio de Lavapiés. 'El servicio existe; otra cosa es que cuando pasa no lo vean', concluye.

Un hombre, sentado en un fardo junto al resto de mercancía de un comercio al por mayor apilada en una calle de Lavapiés.
Un hombre, sentado en un fardo junto al resto de mercancía de un comercio al por mayor apilada en una calle de Lavapiés.SANTI BURGOS

Adiós a las tiendas de toda la vida

Día a día, los vecinos de Lavapiés presencian atónitos cómo desaparecen las tiendas de toda la vida, sustituidas por comercios de venta mayorista. Así, en la calle de la Magdalena sólo queda una ferretería, un estanco y poco más. 'Hace un año sólo había una tienda de mayoristas en la calle de Embajadores. Ahora, todas son de venta al por mayor', se lamenta Jesús Martín, de la asociación Red de Lavapiés. El camarero del bar Máximo, una de las pocas tabernas que sobrevive, resume así lo que está ocurriendo en su barrio: 'Julio, el zapatero, para los chinos; la tabernita, para los chinos; el gimnasio, también. Ha caído hasta el videoclub. El último ha sido el bar de los macizos'. Es verdad también, según cuentan los vecinos, que se han abierto locales que llevaban años cerrados. Y así, el metro cuadrado ronda en ocasiones las 400.000 pesetas, que se suelen pagar al contado. 'Lo normal es que los locales cuesten de 150.250 a 180.300 euros', añade el dependiente.'Esto no es un polígono industrial. Aquí, desde siempre, ha habido mayoristas. Pero el problema es que el barrio se ha saturado. No hay zona de carga y descarga, las calles son de dos metros y siempre están bloqueadas, no hay sitio para los residuos y tampoco un servicio de recogida de basura', insiste Jesús Martín. 'No se trata de un problema con ellos, sino con las licencias que da el Ayuntamiento. Es verdad que no hay ninguna norma que prohíba darlas, pero pensamos que en este barrio histórico y artístico las calles son demasiado estrechas. No es un barrio para esa actividad', explica Jorge González, vocal de IU en la Junta Municipal.Aparte de la molestia que supone para los vecinos (gran parte de ellos gente muy mayor) tener que desplazarse cada vez más lejos para hacer la compra diaria, Red de Lavapiés denuncia la falta de control municipal: 'Se conceden las licencias a una velocidad difícil de entender. No están inspeccionando las obras ni existe control sobre la seguridad', señala Martín. 'El día que se declare un incendio, en una hora arde una manzana entera, con la dificultad que tendrían los bomberos para acceder', agrega el edil de IU. 'El Ayuntamiento de Madrid inspecciona los comercios, y si no cumplen las normas se precintan', replica Carlos Martínez Serrano, concejal presidente del distrito de Centro. Y concluye: 'Conocí este barrio de Lavapiés hace 12 o 15 años y, sin duda, está mejor ahora. La rehabilitación ha sido un acierto'.

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