Que la pague el alcalde
Leo que el pueblo tendrá que abonar más de 25.000 euros por la restauración de la amputada mano de la Cibeles. No cabe duda de la responsabilidad del alcalde en la mutilación de la diosa por un grupo de vándalos. De no haber mediado su autorización, los jugadores de un club deportivo no habrían subido a la estatua. Me permito preguntar quién es Álvarez del Manzano para permitirse administrar el patrimonio del pueblo y consentir que un jugador escalase a lo más alto del monumento.
Sin duda, este hecho proporciona ideas a quienes, no andando sobrados de ellas, traten de emular a sus ídolos y hacer el gamberro sin evaluar las consecuencias de los posibles daños, bien sea para sus propios cuerpos o para el patrimonio histórico. Resulta incontestable la relación entre la inadmisible autorización, la publicidad de los hechos derivada de la misma y las consecuencias conocidas. No en vano el club celebrante se ofreció de inmediato a correr con los gastos de la reparación. ¿Porqué?
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