Un inmigrante colombiano de 40 años muere tiroteado por la espalda en Ciudad Lineal
La policía sospecha que el homicidio pudo estar relacionado con un ajuste de cuentas
Eran las 22.15, cuando se produjo el homicidio de Rodríguez Grajales, frente al número 48 de la calle de José del Hierro. Según varios testigos, la víctima bajaba corriendo por la calle de Rosalía Trujillo. Detrás de él, le seguía otra persona de estatura media que vestía una cazadora y un pantalón azul oscuro. En la cabeza llevaba un gorro del mismo color. Empuñaba un arma de fuego.
El homicida efectuó dos disparos, uno de los cuales alcanzó a su víctima en el hombro izquierdo. Ya en la calle de José del Hierro, sobre el paso de peatones, un reguero de sangre daba prueba de esta primera herida. Rodríguez cayó al suelo. El asesino, que corría unos 10 metros detrás de él, se acercó y empuñando el arma 'con mucha tranquilidad' le disparó otro tiro, que le entró lateralmente por el cuello y le destrozó la mandíbula. En ambos balazos, había orificio de entrada y salida, según fuentes de la investigación.
'Todo ha sido muy rápido. Yo salía del bar con mi amigo. Acabábamos de tomarnos unas cañas, cuando hemos oido dos ruidos muy fuertes seguidos. En ningún caso pensé que eran tiros', señaló Cristina, una vecina de la zona de José del Hierro. 'Luego he visto aparecer a los dos hombres. El que iba detrás le ha rematado en el suelo. Ha bajado el arma y le ha tirado a menos de un metro de distancia. En cuanto ha terminado, se ha dado media vuelta y ha salido corriendo cuesta arriba', añadió esta testigo. 'Nos hemos acercado y hemos visto que el hombre estaba muy malherido. Aún respiraba, pero con mucha dificultad. Al poco ha dejado de hacerlo', concluyó Cristina.
En ese momento pasaba por el lugar una autobús de la línea 48 de la EMT (plaza de Manuel Becerra-barrio de Canillejas). Los viajeros pudieron ver toda la escena del crimen en primer plano. 'El que le ha disparado era un hombre de estatura baja, muy moreno y corpulento. Iba todo de oscuro y, como llevaba puesto algo en la cabeza, no le hemos podido ver bien la cara', señaló una pasajera.
Unas mujeres intentaron avisar al Cuerpo Nacional de Policía desde su teléfono móvil, pero, según dijeron, el 091 y el número de la comisaría de Ciudad Lineal no dejaban de comunicar. 'Entonces, nos hemos bajado en la parada de la comisaría y le hemos dicho al policía de la puerta lo que había pasado', añadió otra pasajera.
Al lugar del homicidio acudió una UVI móvil del Samur-Protección Civil, cuyos facultativos intentaron reanimar a Rodríguez durante unos 15 minutos.
Rastreo de la zona
Los agentes de la comisaría de Ciudad Lineal y de la Brigada de Seguridad Ciudadana peinaron las calles aledañas en busca del homicida, pero no vieron a nadie que respondiera a la descripción facilitada por los testigos. Agentes del Grupo VI de Homicidios se han hecho cargo de las investigaciones. Los policías encontraron un proyectil deformado, tras chocar contra el suelo. Junto a la víctima había una gafas de sol y un enorme charco de sangre. 'Tenía toda la cara ensangrentada y no paraba de echar sangre por la boca', explicó una testigo.
Los investigadores conocieron la identidad de la víctima por un pasaporte que llevaba encima. Según este documento, Rodríguez entró en España en septiembre de 2001. Además, con esa filiación no le constan antecedentes policiales. Agentes de la Policía Científica tomaron las huellas dactilares al cadáver para comprobar que realmente se trataba del inmigrante colombiano. Dos de las balas rebotaron en el escaparate de unos juegos recreativos, que estaban cerrados. La policía cree que el asesino utilizó un revólver del calibre 38 milímetros, pero no encontró casquillos en el lugar del crimen.
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