El alma arrasada
El colonialismo no sólo devastó África en lo físico, sino que arrasó su alma. Esa tragedia acabó infectando a los propios blancos dominadores, y sólo si el corazón de ellos cambia podrá caber una esperanza. Es la tesis del surafricano Laurens van der Post (1906-1996), escritor, filósofo y explorador, cuya vida se desgañitó en el Reino Unido (recibió el título de sir) en pro de un giro copernicano de la Suráfrica del apartheid.
El libro es una conferencia con debate de 1954. Aunque Van der Post no desdeña lo político, lo integra en una dialéctica de supervivencia o desaparición del espíritu, batalla que considera crucial. La lucidez y valentía de Van der Post se manifiestan en análisis como el de la lucha del Mau Mau en Kenia: guerra de religión, dice nítidamente. Pero más le importan temas perennes, qué ocurre dentro de las personas. Sobre todo en la Suráfrica de tantas similitudes con la Alemania nazi.
EL OJO OSCURO DE ÁFRICA
Laurens van der Post Traducción de Miguel Martínez-Lage Península/Atalaya Barcelona, 2002 172 páginas. 13 euros
Van der Post rememora su infancia: los africanos, ante el poder de los blancos, quisieron aprender de ellos. Pero el blanco sólo vio su 'superioridad', desaprovechó ese periodo de gracia, y a los negros sólo les quedó la violencia: es decir, la pérdida del espíritu. 'África empieza a cargarse como una de esas baterías electrónicas empleadas para la escisión del átomo', escribe (y sería procedente indicar que átoma, en griego, significa 'personas'). El desengaño de África se traduce en una expresión malaya : 'Mata Kelap', que da cuenta de cuando a alguien pacífico se le vuelve negro el ojo, se le nubla el alma y siembra el daño. '¿Por qué quieren que nos vayamos, con todo lo que les hemos dado?', preguntó una vez un diplomático blanco a Van der Post, que le contestó: 'Mucho me temo que porque ustedes no les han mirado a los ojos al hablarles'.
Hoy África yace en la pobreza, y con el sida y la deuda no parece factible una recuperación. Leer a a Van der Post es incitante con su sugerencia de que lo no vivenciado acaba en la chispa fatal: el blanco ha cercenado en sí lo atávico y natural, y al negro se le ha despojado de ello y se le ha impedido acceder a ningún sitio. África sigue traicionada, a merced del ojo oscuro. Leer a Van der Post nos hace comprender que el genocidio de Ruanda, pese a lo que dijese Mitterrand sobre genocidios importantes y sin importancia, siempre será de la misma especie que el perpetrado por los nazis.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.