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EL CONFLICTO DE LAS AMBULANCIAS

El seguimiento del paro rozó el 100% en su segunda jornada

Los vehículos del Ayuntamiento y de la Comunidad trasladaron a 420 enfermos

Oriol Güell

Los 800 trabajadores de las ambulancias privadas de la región lograron ayer, por segundo día consecutivo, paralizar de forma completa la circulación de los vehículos sanitarios por las calles y carreteras de la región. Los servicios mínimos decretados por la Consejería de Sanidad, de casi el 100%, volvieron a ser incumplidos de forma masiva. La jornada transcurrió sin incidentes y los taxis y vehículos privados fueron el medio de transporte más utilizado por los pacientes para llegar a los hospitales. Los servicios públicos de emergencias intervinieron en 420 ocasiones.

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El masivo seguimiento de la huelga fue proclamado por los sindicatos y admitido por Ametra, la asociación empresarial del sector, y la Consejería de Sanidad. Los piquetes informativos, compuestos por más de un centenar de empleados, apenas tuvieron que intervenir. 'Sólo hemos parado tres o cuatro ambulancias, y siempre de las empresas más pequeñas. Cuando hemos hablado con los compañeros, han accedido a volver a los garajes', explicó un piquete de CC OO de la empresa Ambulancias Europa. Éste añadió que los trabajadores se intercambiaban de piquete para no tener que controlar las ambulancias de sus propias empresas. 'Así evitamos posibles enfrentamientos entre compañeros que trabajamos en el mismo sitio', añadió este sindicalista.

Los taxis y los coches de familiares volvieron a ser los los transportes alternativos más utilizados para llegar a los hospitales y recibir los tratamientos de diálisis, radioterapia, quimioterapia o rehabilitación. Pese a que Sanidad insistió en que el coste de los taxis será reembolsado a los enfermos, éstos lamentaban la dificultad de asumir este gasto, especialmente entre los que tienen ingresos más bajos.

'Yo cobro 356 euros de pensión. Ir a la diálisis me cuesta 18 euros la ida y 18 la vuelta. Se me va una décima parte de la pensión cada día', lamentó Lorenzo Martín Robledo, un vecino de Getafe, de 76 años que tres días por semana se desplaza al distrito de Chamberí para acudir a una clínica privada concertada.

Los servicios de emergencia públicos tomaron el relevo de las ambulancias en huelga en aquellos casos en los que el estado de salud del pacientes lo hacía necesario. El Samur-Protección Civil (dependiente del Ayuntamiento de Madrid) hizo 70 actuaciones por este motivo y el Sercam y el Summa -ambos de la Consejería de Sanidad- más de 350, según los portavoces de ambos servicios. La Cruz Roja también suplió el vacío causado por la protesta laboral.

El fin de la huelga desactiva una situación que social y políticamente amenazaba con encresparse en los próximos días, con las protestas de los enfermos y las exigencias de dimisión de los responsables de la Consejería de Sanidad hechas por la oposición y los sindicatos. El candidato del PSOE a la Comunidad, Rafael Simancas, exigió al presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, que 'tomara cuántas medidas sean necesarias' para reconducir la situación y pidió que los 'responsables o irresponsables del caos creado' sean destituidos. UGT y CC OO fueron más allá y preguntaron a Ruiz-Gallardón sobre la 'conveniencia o no' de que el consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, siga en el cargo.

Según Sanidad, el expediente abierto contra las empresas por el incumplimiento de los servicios mínimos seguirá su curso. Sanidad pretende cobrarles el importe de los cientos de taxis usados por los pacientes para ir a los hospitales durante la huelga.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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