La dinastía Bush se consolida en Florida
El hermano del presidente logra su reelección como gobernador en un lugar clave
La abrumadora victoria del gobernador Jeb Bush ha consolidado la dinastía familiar y Florida como su feudo político. El Estado al que la ejecutiva demócrata nacional había declarado su 'principal objetivo' en estas elecciones es desde la madrugada de ayer un bastión republicano clave para la reelección de George W. Bush en dos años. La barrida de Jeb Bush en las urnas lo convirtió además en el primer gobernador republicano reelegido en la historia de Florida. Los otros vencedores fueron las cerdas preñadas, sobre las que había referéndum, y la ex secretaria de Estado Katherine Harris.
Harris, que se hizo famosa en las infames elecciones de 2000, certificando apresuradamente los resultados favorables a George W., ha derrotado a una amiga de Bill Clinton para un escaño en el Congreso. Los votantes respaldaron también el derecho de las cerdas a que no las enjaulen mientras están preñadas 'por ser una medida cruel e indigna'.
La extravagante enmienda porcina ha servido para reanudar las burlas que generó Florida hace dos años, precisamente en estas elecciones en que, por fin, todo se ha celebrado con normalidad. Esta vez no ha habido papeletas mariposa ni papeletas preñadas -fuente de grandes problemas en el año 2000- ni apagones del nuevo sistema electrónico de votación, y los monitores del Centro para la Democracia certificaron la 'limpieza' del proceso.
Esta vez el único recuento que habrá en Florida es el de los errores de cálculo del partido demócrata, que apostó por un neófito en política que ha fracasado en vez de promover a una figura de renombre nacional como la ex ministra de Justicia Janet Reno, que intentó competir por la candidatura. La miopía demócrata permitió a Bush derrotar fácilmente a Bill McBride, el abogado de 57 años con el que tenían previsto reconquistar el Estado en el que habían gobernado desde 1870, con excepción de tres mandatos republicanos. El escrutinio provisional es de 57% a 43%.
Bush, de 49 años, tuvo una gran ayuda de su hermano, como él mismo reconoció en el discurso de celebración. El presidente viajó 13 veces a Florida y recaudó millones de dólares para la campaña de Jeb. El gobernador contó también con la ventaja de que este Estado es el de mayor crecimiento económico de EE UU, lo cual le permitió proponer una plataforma política fundada en la educación, la economía y la reducción de impuestos.
McBride basó únicamente su programa electoral en la reducción del tamaño de las aulas, una costosa medida -27.000 millones de dólares- que no supo explicar cómo iba a financiar. En una doble muestra de rechazo a McBride, los electores aprobaron irónicamente su propuesta, lo cual según los analistas políticos es un regalo envenenado a Bush, que ahora tendrá que hacer equilibrios presupuestarios.
El Partido Republicano arrasó también en los escaños al Congreso. Uno de los nuevos representantes es Mario Díaz-Balart, que se unirá a su hermano Lincoln para promover el endurecimiento del embargo a Cuba.
Los floridanos aprobaron también dos enmiendas controvertidas: una que rebaja a 16 años la edad de los reos que pueden ser condenados a muerte, y otra que destierra el tabaco de todos los centros de trabajo y de más de 12.000 bares y restaurantes de Florida.
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