Los musulmanes de EE UU tratan de recuperar la influencia política
Los musulmanes de EE UU estaban en ascenso el 11 de septiembre de 2001. El año anterior, el fragmentado colectivo de unos seis millones de personas había aparcado sus diferencias para unirse en busca de influencia política. Pero los atentados echaron por tierra sus planes. Es un esfuerzo cuesta arriba. No sólo por el clima de desconfianza del electorado hacia todo lo que suene musulmán, sino porque el colectivo se ha escindido de nuevo.
En estas elecciones cuentan con dos candidatos al Congreso, y al único que tenía alguna posibilidad de ganar en California, Syed Mahmood, le han retirado el respaldo por rivalidades personales para dárselo a un norteamericano de pura cepa, Fortney Stark. El responsable de la decisión contra Mahmaood es Agha Saeed, presidente de la Alianza Musulmana Americana y de origen paquistaní como aquél. Saeed no es un hombre ajeno a la controversia. Hace dos años Hillary Clinton devolvió una donación de 50.000 dólares por sus opiniones sobre el conflicto israelo-palestino, calificadas por los republicanos de proterroristas.
La polémica supuso un fuerte golpe a los objetivos musulmanes de ganar poder. Saeed la resolvió con la misma estrategia que ha adoptado ahora, movilizando el voto musulmán para, según él mismo manifiesta, 'crear un bloque de votantes por el que compitan los candidatos de ambos partidos'. Y al que no les escuche, castigarle, como hicieron con Bob Dole en 1996 frente a Bill Clinton. Y en 2000 ocurrió al revés, castigaron a los demócratas.
Pocas candidaturas
A pesar de los intentos de crear un bloque, la influencia que puedan ejercer no está clara por varias razones. La primera es que después de los atentados, muchos musulmanes prefieren no significarse, opina Kamal Abu-Shamisieh, portavoz del Consejo Musulmán de Asuntos Públicos. Segundo, porque pocos se han aventurado a presentar candidaturas; no llegan a 100, un considerable descenso de los 700 que compitieron en 2000 (153 de los cuales vencieron), y de los 200 que lo hicieron en 1996 (43 de ellos con éxito).
Hodan Hassan, portavoz de Consejo de Relaciones Islámico-Americanas esgrime un factor que no está vinculado al 11-S y es la 'falta de tradición democrática de la mayoría de los emigrantes musulmanes'.
No está claro que aunque Saeed lograra crear el bloque monolítico pudiera tener la influencia pretendida. El colectivo musulmán se acerca a los seis millones (entre inmigrantes, nacionalizados y negros americanos convertidos al islam), pero apenas un millón puede votar (40% se ha inscrito como demócrata, 23% republicano y 28% independiente).
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