La Bolsa puede esperar

No son tiempos de mudanza. La crisis de los mercados y el temor a ser víctima de una OPA ha llevado a los responsables de Corporación Alimentaria Guissona a retrasar su salida a Bolsa. La medida, aprobada hace unos meses, buscaba cimentar su fuerte expansión.

El paso de cooperativa a sociedad mercantil ha constituido el instrumento para lograr una mayor flexibilidad en sus operaciones

Corporación Alimentaria Guissona, con una facturación de casi 850 millones de euros, unos 142.000 millones de pesetas, es uno de los pocos grupos ganaderos con base cooperativa que han superado con éxito los problemas del sector y que se ha colocado entre los principales empresas agroalimentarias españolas. La política de expansión y diversificación del grupo dió lugar hace tres años a la transformación de la cooperativa Agropecuaria Guissona en una sociedad mercantil para facilitar su crecimiento.

Esta estrategia culminó en la Junta General de Accionistas del mes de mayo por la que se daba luz verde para sacar al grupo a la cotización en las Bolsas de Madrid y Barcelona. El objetivo del grupo con esta decisión es lograr una financiación que le permita desarrollar su política de expansión donde las tiendas franquiciadas ocupan un lugar importante para la comercalización de sus productos.

En principio, la salida a Bolsa del grupo leridano estaba prevista para el segundo semestre de este año. Para ello se debería haber remitido ya la solicitud y documentación correspondiente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Sin embargo, en contra de esas previsiones, Corporación Alimentaria Guissona, ha decidido retrasar su salida al parqué. Este aplazamiento se hallaría justificado ante el desarrollo de los mercados financieros en los ultimos meses y el temor a un fracaso de la operación a la vista del comportamiento que están teniendo otras empresas agroalimentarias y exponerse además a una OPA a bajo precio.

Agropecuaria Guissona se constituyó como sociedad cooperativas en 1959 a iniciativa de un grupo de ganaderos de la zona leridana de la Segarra para abordar el desarrollo de una nueva ganadería de la mano de su actual presidente Jaume Alsina. El grupo cooperativo formado por más de 5.000 socios, junto con la prestación de servicios y el aprovisionamiento de materias primas, centró su actividad en la producción de avicultura de carne, huevos y porcino, mientras la producción de vacuno quedó en un segundo plano con un volumen casi testimonial.

El crecimiento de la Cooperativa Agropecuaria Guissona y la necesidad de diversificar sus actividades para lograr una mayor independencia en sus estrategias de producción dió lugar en 1999 a la reestructuración del grupo con al constitución de la Corporación Alimentaria con un capital social de 75 millones de euros.

Tras la reestructuración del grupo, Agropecuaria Guissona ha quedado solamente como una sociedad cooperativa dedicada en exclusiva a la producción ganadera mediante los suministros y contratos de engorde con las explotaciones de los socios.

En el nuevo reparto de papeles, Corporación Alimentaria se constituyó con el objetivo de reunir en una sola sociedad todas las actividades relacionadas con la política industrial y comercial del grupo. El paso de sociedad cooperativa a sociedad mercantil ha constituido el instrumento para lograr una mayor flexibilidad en sus operaciones y poder acceder en el futuro a mercados de capitales a los que no pueden llegar las empresas cooperativas. La empresa además se dedica a la fabricación de piensos, servicios de asistencia veterinaria, sacrificio de aves y ganado en general y finalmente en la elaboración de productos cárnicos que distribuye en la red de tiendas franquiciadas bonArea. También tiene una red de gasolineras.