Una ONG pierde en un concurso público la residencia que impulsó en 1989
Afandice logró ayudas públicas para un centro de disminuidos psíquicos en Colmenar de Oreja
Son paradojas de los concursos públicos. A la asociación Afandice, que agrupa a familiares de disminuidos físicos y psíquicos, no le han servido de nada los 13 años de trabajo empleados para conseguir la adjudicación de la gestión de una residencia para los hijos de sus afiliados en Colmenar de Oreja. A pesar de haber negociado con el Ayuntamiento la cesión de un terreno desde 1989 y de haber gestionado y logrado una subvención de 60.000 euros para el equipamiento del local, no podrán llevar a término su proyecto. El concurso lo ganó otra asociación llamada ASER.
Los responsables de Afandice (Asociación de Familias de Niños Diferentes con Cuidados Especiales), una organización que trabaja con disminuidos físicos y psíquicos desde 1979, no daban crédito a lo sucedido el pasado 26 de septiembre. Ese día, el pleno del Ayuntamiento de Colmenar de Oreja ratificó la adjudicación de la gestión de una residencia para niños discapacitados a la empresa ASER, su única competidora en el concurso.
No habían servido de nada, pues, los 13 años de trabajo de Afandice en pos de la creación de esa residencia, cuya idea inicial fue de esta asociación sin ánimo de lucro, ni tampoco su inversión de tiempo y dinero para conseguir para los hijos de sus 1.000 familias asociadas un lugar donde vivir cuando sus familiares no pudieran ya atenderles.
La adjudicación a ASER (Asociación de Servicios Residenciales), otra asociación que regenta varias residencias de ancianos en la Comunidad de Madrid, y que trabaja en otras 13 comunidades autónomas, se hizo a través de un concurso público convocado por el Consistorio por el trámite de urgencia, en el mes de agosto y con sólo ocho días para presentar los papeles que exigía el pliego de condiciones.
Afandice perdió la adjudicación, según asegura Antonio Martín, su director gerente, porque en el concurso no se tuvo en cuenta la trayectoria de su asociación ni los múltiples esfuerzos desarrollados desde 1989 para levantar la residencia.
En 1990, la ONG entregó al Ayuntamiento de Colmenar de Oreja casi 50.000 euros para la compra de un terreno municipal en la localidad, una cantidad recaudada gracias a las contribuciones de las familias de la asociación a lo largo de 11 largos años.
Pero para obtener subvenciones del entonces Ministerio de Asuntos Sociales, el centro tenía que ser de titularidad pública. Por tanto, Afandice no podría ser nunca propietaria del centro, sólo lo gestionaría. De modo que en lugar de destinarse a la compra del terreno, ese dinero quedó depositado en las arcas municipales con el objetivo de contribuir a la construcción del centro. Y allí sigue desde 1990.
Y no sólo eso. Afandice gestionó y logró obtener una subvención de Caja Madrid de más de 60.000 euros para el equipamiento de la residencia (muebles, cocinas, etcétera) en el año 1998, gracias a la cual, el centro de Colmenar es hoy en día un lugar perfectamente habilitado para acoger a casi 40 pacientes.
'Las familias de Afandice han trabajado mucho para habilitar ese centro. Buscaron los mejores precios para el equipamiento, se desplazaron allí muchos días para colocar los muebles, y todo para nada', se queja Antonio Martín.
Mantenimiento anual
De los fondos de Afandice también salieron los más de 4.000 euros que costó la alarma del centro y los 240 de su mantenimiento anual. Por otra parte, la asociación se comprometió con el Ayuntamiento de Colmenar de Oreja a avalar 'con todo su patrimonio' la aportación de cualquier cantidad que se le reclamara al Ayuntamiento como consecuencia de la construcción del centro, según reza un acuerdo firmado en 1993 entre el Consistorio y la asociación. La asociación se jugaba, pues, su propia existencia para lograr la residencia.
Pero nada de todo esto ha servido a la asociación para convencer al Ayuntamiento de que la suya era la mejor opción. 'El proceso de adjudicación ha sido totalmente limpio', señala la alcaldesa, Visitación González Villa, del PSOE, en el cargo desde 1999.
'Los técnicos hicieron los pliegos de condiciones del concurso según su propio criterio y valoraron más la oferta de ASER. Lo siento por Afandice, pero ellos no tenían ningún documento que les garantizara la gestión del centro, se hizo por concurso, y salió la otra empresa. Eso es todo'.
Por su parte, Matías Martínez, gerente de FEAPS (Confederación de Organizaciones a favor de personas con retraso mental), señala: 'Hemos estado al lado de Afandice desde el comienzo de las gestiones y han trabajado muy duro. Tienen una trayectoria excelente de más de veinte años, y los otros centros que gestiona en la capital funcionan a la perfección'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Colmenar de Oreja
- Ayuntamientos
- Contratos administrativos
- Ayuda social
- Discapacidad
- Personas con discapacidad
- ONG
- Administración local
- Política social
- Provincia Madrid
- Derecho administrativo
- Solidaridad
- Comunidad de Madrid
- Vivienda
- Problemas sociales
- Administración Estado
- España
- Administración pública
- Urbanismo
- Sociedad