Carrillo reclama el papel de los tributos locales como 'elemento de redistribución de la riqueza'

El pleno del Ayuntamiento de Sevilla procedió ayer, como estaba previsto, a la aprobación de sus ordenanzas fiscales para 2003, que recogen una moderada subida de impuestos, ajustada en la mayoría de los casos a la previsión de crecimiento del IPC, un 3,4%. Dominado el debate por las consecuencias que para las haciendas locales tendrá la reforma legislativa que prepara el Gobierno central, el PP tachó las ordenanzas de 'electoralistas', tras tres años de fuertes subidas, y de 'precipitadas' por la negativa del Ejecutivo municipal a esperar a la nueva norma. El delegado de Hacienda, Emilio Carrillo, criticó los planes del Estado y defendió el papel de los tributos como 'elemento de redistribución de riqueza'.

Ante la inminencia de la reforma estatal de las haciendas locales, cuya principal novedad será la eliminación del Impuesto de Actividades Económicas y sobre la que planea la duda de cómo el Estado compensará la pérdida de ingresos de los Ayuntamientos, el PP descartó en este ejercicio la presentación de enmiendas particulares a cada modificación de las ordenanzas fiscales y defendió ayer en el pleno un voto particular único.

En su exposición, el portavoz adjunto del grupo popular, José María Pareja, justificó la decisión de su grupo en su intención de esperar a que la reforma estuviera aprobada para, entonces, en un pleno extraordinario antes de fin de año, poder profundizar en el debate de las ordenanzas.

Por ello, criticó la propuesta del Gobierno municipal de 'precipitada', pues se pierde la posibilidad de utilizar el mayor margen de maniobra que la nueva ley dará a los ayuntamientos. También la tachó de electoralista, pues ahora se plantea una congelación de los tributos cuando, los más importantes, han crecido alrededor del 20% en los tres anteriores ejercicios.

El nuevo responsable de Hacienda, Emilio Carrillo, negó que la propuesta fuera electoralista y, sobre las previsiones que hay para la reforma legal, señaló que muchos ayuntamientos del PP están preocupados por los perjuicios que el nuevo marco puede tener para sus ingresos. 'Ése es el peligro que corre el Gobierno por disparar con polvora ajena', criticó Carrillo, que, ante su 'satanización', defendió el papel de los tributos como 'elementos de redistribución de riqueza'.

Por otra parte, el pleno aprobó por unanimidad la solicitud de un crédito bancario de 5.000 millones con el que, entre otras cosas, se terminará de pagar la emisión de bonos samurais suscrita por el Ayuntamiento en 1992. Con este crédito contabilizado ya en la deuda municipal, Carrillo destacó que, a 31 de octubre (ayer), aquella asciende a 306,5 millones de euros (51.000 millones de pesetas), 90,1 millones menos que cuando alcanzaron el poder, en 1999.

En 2002, al Consistorio habrá dedicado el 8% de sus ingresos (36 millones de euros) al abono de la deuda, una cantidad que en 2003 se reducirá un 21%, según el concejal.

El pleno también aprobó, tras un agrio debate entre la portavoz andalucista, Paola Vivancos; la de IU, Paula Garvín; y el del PP, Pareja; una moción, a la que sólo se opusieron los populares, para exigir al Gobierno central que incluya en los presupuestos generales para 2003 una partida de 20 millones de euros para el metro de Sevilla. Pese a que Izquierda Unida apoyó la moción, el alcalde, Sánchez Monteseirín, tuvo que intervenir para apaciguar el debate entre Vivancos y Garvín.