CPV sabía desde hace dos años que sólo tenía suelo para 50 de los 1.200 pisos prometidos
'La intención de la promotora fue, en todo momento, especular con las parcelas', dice el PSOE
La promotora Comercializadora Peninsular de Viviendas (CPV) tenía en 2000, cuando fueron aprobados los proyectos de los nuevos barrios del norte de Madrid, apenas 10.300 metros cuadrados de edificabilidad, según documentos del Ayuntamiento de Madrid. Y además, ese suelo estaba distribuido de forma tan dispersa que, como mucho, habría dado para construir 50 viviendas. Sin embargo, los responsables de la promotora esperaron hasta la pasada semana para comunicar a sus 1.200 clientes que CPV no tenía dónde levantar los pisos que les prometió, porque había vendido todo su terreno, y que lo único que podía hacer es devolverles el dinero. Estas familias habían adelantado una media de 18.000 euros desde 1998.
'La intención de esta promotora ha sido, desde el primer momento, especular con las parcelas que tenía; no construir pisos en ellas', concluye el diputado regional del PSOE Modesto Nolla. Y agrega: 'El negocio de muchas de estas promotoras consiste justamente en eso: compran y venden el poco suelo que tienen hasta que se quedan sin parcelas, pero habiendo obtenido un gran beneficio. Finalmente, son siempre las grandes inmobiliarias las que compran el grueso del suelo y construyen las viviendas'. De hecho, el gerente municipal de Urbanismo, Luis Armada, confirmó ayer que CPV 'jamás ha pedido al Ayuntamiento ni una sola licencia para construir nada' en los nuevos barrios de Montecarmelo, Sanchinarro y Las Tablas.
En julio del año 2000, el Consistorio aprobó definitivamente los proyectos de compensación -es decir, el reparto de las parcelas entre los dueños del suelo- de los nuevos barrios del norte de la capital. Cada propietario obtuvo una cierta edificabilidad (metros cuadrados hábiles para construir) según lo que hubiese aportado previamente en metros cuadrados de terreno. A la promotora CPV le correspondieron, en total, 10.335,52 metros cuadrados de edificabilidad: 3.013,54 metros en Montecarmelo, otros 2.143,15 en Las Tablas y 5.178,82 metros en Sanchinarro.
Pero ese suelo no estaba concentrado en tres solares de su propiedad, sino disperso en varias parcelas compartidas con otras promotoras y en las que los metros cuadrados de CPV sólo sumaban un determinado porcentaje del terreno. 'Cuando ese porcentaje es demasiado bajo, construir resulta imposible, y lo que suelen hacer las empresas es vender su pequeña participación a otras promotoras, que son las que construyen', explica Nolla.
Porcentajes ínfimos
Así, por ejemplo, en Montecarmelo, la promotora ahora investigada por presunta estafa tenía un 0,2% de una parcela, un 0,2% de otra y un 27,4% de una tercera. Sólo en esta última podría haber levantado alguna vivienda (aunque no más de 15 o 20), según el diputado del PSOE y responsable de Ordenación Territorial en su partido.
En Sanchinarro, CPV poseía un exiguo 1,4% en una parcela, un 2% en otras dos, y hasta un 0,5% en una más. Todos porcentajes que hacían imposible levantar pisos allí. Sólo era apto para construir el suelo que tenía en un 17% de una parcela y otro 19,6% en otra, y ambos no sumaban más de 3.300 metros cuadrados (equivalente a 25 viviendas).
En Las Tablas, CPV sólo estaba presente en una parcela, con el 5%. Eran 2.143 metros cuadrados con los que la promotora completó una operación especulativa de gran éxito: vendió el terreno en febrero de este año (aunque el Registro de la Propiedad lo recoge en mayo), lo recompró, por menos dinero, en mayo (figura en agosto en el Registro), y ese mismo día lo volvió a vender por el doble. En suma, ganó 1,4 millones de euros en tres meses con la compraventa de una parcela.
Descontando, por tanto, los metros cuadrados de edificabilidad que CPV poseía, pero sobre los que no podía construir porque el porcentaje de la parcela era mínimo, los 10.335 metros cuadrados totales se quedan reducidos a poco más de 6.300, 'y ahí, una vez separados los espacios comunes de cualquier urbanización, caben apenas 50 casas', afirma Nolla.
Tras ser aprobados los proyectos de compensación de los nuevos barrios, en julio de 2000, CPV podría haber comprado más terreno hasta completar el necesario para levantar los 1.200 pisos prometidos. Algo sí compró, como figura en el Registro de la Propiedad, pero lo que hizo sobre todo fue vender. El resultado es que a fecha de hoy sólo le quedan 69 metros cuadrados en Las Tablas.
Imputados
Tres directivos de Comercializadora Peninsular de Viviendas están imputados en un presunto delito de estafa por dejar sin sus pisos a estas 1.200 familias y porque, además, muchas de ellas aún no han recuperado el dinero que adelantaron o han recibido pagarés sin fondos. Francisco Javier García Sánchez, director de CPV, aseguró el pasado día 23, en la conferencia de prensa en la que anunció que la promotora se había quedado sin suelo, que, 'en 1999, CPV llegó a tener 120.000 metros cuadrados' en los tres nuevos barrios del norte.
'Eso es sencillamente imposible. ¿Cómo iban a quedarse 120.000 metros de suelo reducidos a poco más de 10.000 metros de edificabilidad tras pasar por la junta de compensación? Pero, aunque así fuera, lo que está claro es que desde hace dos años la promotora sabía que no disponía de terrenos ni para la décima parte de lo que había prometido, y ha tenido engañada a la gente todo este tiempo', subraya el socialista Modesto Nolla.
La especulación con el suelo en los nuevos barrios de Madrid ha incrementado el precio de los pisos en los últimos años hasta hacerlos más caros que en algunas zonas del centro de la ciudad. Así, y según un informe de la empresa consultora Grupo i, el precio de las viviendas en Sanchinarro se ha multiplicado por siete desde 1996. Un salto similar han sufrido Las Tablas y Montecarmelo. En los nuevos barrios del sur (Carabanchel y Vallecas) los precios se han quintuplicado en estos seis años.
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