Amnistía: Rusia tortura
Las fuerzas de seguridad rusas han violado impunemente derechos humanos en Chechenia y en todo el país
'Me golpearon otra vez y dijeron: 'Vamos a cortarle la cabeza'. Agarraron un cuchillo de matar animales y me cortaron la oreja izquierda. Estaba echado en el suelo; había sangre por todas partes, y tenía la oreja tirada a mi lado'. Es el testimonio de Alaudin Sadykov, maestro de 51 años de Grozni, detenido y torturado por las fuerzas de seguridad rusas en 2000, cuando se quedó en la capital chechena para distribuir ayuda humanitaria. En la comisaría recibió golpes, le obligaron a comerse su cabello y le quemaron con metal al rojo vivo. La investigación abierta en Rusia por supuestos malos tratos se suspendió ante la imposibilidad de identificar a los autores.
Estas torturas constituyen una de las múltiples violaciones de derechos humanos cometidos por fuerzas rusas en Chechenia, que Aministía Internacional (AI) documenta en el informe La Federación Rusa: la negación de la justicia, hecho público ayer.
Shamil Mandykhadzhiev recibió dos tiros en las piernas; a Zaindi Bisultanov le pusieron un saco en la cabeza y le golpearon en los genitales; a Aiub Artsoev le insertaron cables eléctricos en las extremidades llenas de cortes; a los habitantes de Komsolskoe les impidieron salir de la zona de combate en marzo de 2000, cuando iba a ser bombardeada; a Zainap la violaron en una comisaría cuando estaba embarazada de ocho meses; Kheda Kungaeva fue violada y estrangulada. Estas prácticas, junto con las detenciones arbitrarias, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, son, según AI, prácticas frecuentes de las fuerzas rusas en Chechenia y constituyen crímenes de guerra.
Amnistía denuncia que Moscú no persigue los abusos, lo que ha generado un clima de impunidad. 'Pese a las irrefutables pruebas de actos de violencia sexual cometidos por las fuerzas rusas en Chechenia, el Gobierno de Rusia no ha realizado las investigaciones necesarias ni ha pedido cuentas a nadie en los incontables casos', afirmaba la relatora especial de la ONU de la violencia contra la mujer en 2001.
El informe de AI revela asimismo crímenes cometidos por las fuerzas chechenas, como la toma de rehenes, el homicidio de soldados rusos prisioneros y atentados contra civiles de la Administración chechena. Esta situación de violencia ha forzado la huida de 300.000 personas.
Los resultados de la investigación de AI hacen referencia también a los abusos generalizados contra hombres, mujeres y niños encarcelados y minorías étnicas en toda la Federación Rusa. 'El mismo clima de impunidad que ha marcado la situación chechena penetra en todo el sistema de justicia criminal de Rusia', se dice en el texto. Casi un millón de personas se consumen en las cárceles rusas. De ellas, 200.000 esperan a ser juzgadas. Las condiciones de reclusión son, en su mayoría, inhumanas y degradantes: la mitad de los presos están enfermos y 300.000 sufren trastornos mentales. A medidados del año pasado, 17.000 niños cumplían condena, hacinados, al igual que los adultos, en celdas sucias y plagadas de bichos. Pero hay un dato positivo: tras una reforma penitenciaria ya no se encierra a los niños en las celdas de castigo.
La toma de rehenes en un teatro moscovita por parte de un comando checheno es, para Amnistía, un ejemplo más de la falta de respeto de los derechos humanos en Rusia. La organización de defensa de los derechos humanos exige una investigación independiente sobre este secuestro y la posterior liberación de los rehenes, y denunció la actitud de la comunidad internacional, que 'ha aplaudido una acción de liberación de rehenes que ha dejado casi 200 muertos', sostuvo ayer en Madrid el director de la sección española de AI, Esteban Beltrán.
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