Europa, a favor de que Kaliningrado sea el puente entre Rusia y la UE

Vladímir Putin ha logrado no sólo el respaldo de los dirigentes europeos para poner fin al asalto checheno a un teatro moscovita, sino también comprensión a sus inquietudes sobre el futuro de Kaliningrado, el pequeño enclave ruso de casi un millón de habitantes situado entre Lituania y Polonia una vez que estos dos países ingresen en la UE en 2004.

La lucha antiterrorista figurará en primer lugar entre los temas claves de la agenda de la Cumbre UE-Rusia el próximo 11 de noviembre en Copenhague. El Consejo Europeo subrayó ayer la voluntad de desarrollar más la asociación estratégica con Moscú para acabar con el fenómeno.

Putin, que amenazó con boicotear la reunión de Copenhague si no se satisfacían sus reivindicaciones sobre Kaliningrado, ha visto cómo los líderes europeos han acogido parte de sus preocupaciones sobre el tránsito de personas entre el enclave y otras zonas de Rusia.

'El Consejo accede a hacer un esfuerzo para reconciliar las necesidades de todas las partes implicadas', señalan en un texto aprobado. El líder ruso estima que el enclave servirá de puente económico entre Rusia y la UE e insiste en que se mantenga el tránsito libre de ciudadanos sin visado. Ni Polonia, ni menos aún Lituania, están dispuestos a que se mantenga ese régimen por temor a que Kaliningrado se convierta en foco de inmigración ilegal a la Unión.

Los Quince reconocen la situación singular de Kaliningrado como parte de Rusia, pero destacan la necesidad y el derecho soberano de cualquier Estado de salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos mediante el control de fronteras y de establecer la exigencia de visado, incluso para el tránsito.