España perderá 150 millones anuales desde 2007

El acuerdo de Bruselas de reducir el presupuesto agrícola toca de lleno a España, máximo perceptor neto de los subsidios europeos al campo. Según lo pactado por los líderes, la Política Agrícola Común (PAC) sólo crecerá un 1% cada año, por debajo, pues, de la inflación, lo que a España le supone un recorte real de 150 a 200 millones de euros anuales. El presidente del Gobierno, José María Aznar, sin embargo, dijo sentirse 'razonablemente contento y satisfecho con el acuerdo'. La razón, según sus expertos, es que, frente a anteriores amenazas de recortes aún mayores, España se garantiza la prolongación durante una década más, hasta el 2013, de un sistema que le beneficia respecto a sus socios europeos.

España se beneficia actualmente del 15% del presupuesto total de la Política Agraria Común, el paquete financiero más importante de la Unión Europea. Eso ha significado una media de 7.000 millones de euros anuales, que deberá descender, en esos 150-200 millones mencionados por Aznar, para mantener el techo presupuestario fijado por los líderes europeos y para financiar, al mismo tiempo, las ayudas agrícolas de los nuevos diez países.

El Consejo Europeo aprobó la propuesta de la Comisión de introducir tales ayudas progresivamente. En 2007, esos diez países sólo percibirán el 40% de lo que les correspondería. Sólo en 2013 alcanzarán el 100%, lo que es una introducción progresiva a las ventajas europeas que el presidente de la Comisión, Romano Prodi, calificó de 'generoso'. Para ese año 2013, España habrá visto reducido su presupuesto agrícola, pero, según unos primerísimos cálculos hechos ayer, el peso de España en una PAC con 25 países sería del 13%, y su presupuesto incluso podría superar todavía los poco más de 5.000 millones que percibirán conjuntamente los diez nuevos países, aunque para entonces habrá que hacer nuevos cálculos si entran en la UE Bulgaria y Rumania.

Alemania, máximo contribuyente neto de la UE, y la Comisión Europea habían propuesto en el pasado recortes de hasta el 20% de las ayudas agrícolas, que conforman el grueso del presupuesto agrícola, lo que Francia y España han venido rechazando de plano, incluso en el caso de que tal recorte revirtiera después en cada país a través de subvenciones al desarrollo rural.

La reacción de Aznar demuestra que España parece estar dispuesta a ir perdiendo con deportividad las ayudas europeas que han fomentado su desarrollo. 'España se ha enriquecido, ha descrito una curva espectacular en términos de convergencia real', dijo la ministra de Exteriores, Ana Palacio, 'y eso tiene sus consecuencias'. Se logró evitar la apertura de la negociación sobre los fondos regionales, que también benefician a España más que a ningún otro país, con el 25% del total, pero los negociadores saben que pronto, con la ampliación, otras regiones más pobres requerirán esas ayudas. Los que, por lógica, están más en el aire son los fondos de cohesión (11.160 millones de euros entre 2000 y 2006 sólo para España) y que fueron establecidos como ayuda solidaria especial a los países peor colocados hace una década: España, Grecia, Irlanda y Portugal.