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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una voz en el paraíso

Casi un poeta secreto para muchos, Gastón Baquero (Blanes, Cuba, 1918-Madrid, 1997) es uno de los grandes maestros no sólo de la poesía cubana, sino una de las voces imprescindibles de la poesía en lengua española del siglo XX. Y esto es simplemente así. En su vida nunca buscó ventajas o reconocimiento, su propio talante personal le alejó de aspiraciones que no fueran la insobornable exigencia hacia su trabajo poético. Su escritura, al tiempo mágica y trascendente, radicalmente excepcional y reveladora, elaborada calladamente pero deslumbradora, es fruto de la absoluta y rigurosa libertad de una inteligencia privilegiada y profunda. Leer su poesía es un privilegio al que no podemos negarnos, y sólo después de hacerlo, compartir con el propio Gastón Baquero su certeza: 'Sólo nos salva la imaginación. Sólo por la poesía se libera el hombre'.

ANTOLOGÍA POÉTICA

Gastón Baquero Selección y prólogo de Francisco Brines Pre-Textos. Valencia, 2002 219 páginas. 16,50 euros

Su poesía suma inocencia y memoria, humildad y sabiduría. Sus poemas son una suerte de representaciones dramáticas, historia cercana y trascendente, una forma de épica sutil y fascinante, venturosas y extensas reconstrucciones, mágicas y demoradas narraciones. En ellas habitan personajes heterogéneos, olores y colores, sabores y sentidos, la luz y sus sombras convocando dialogantes la belleza y la vida. En sus versos, amplios y generosos, cabe casi cualquier cosa, casi la historia entera, timbres y acentos diversos, y todo con la solidez trascendente y múltiple que da la inocencia infantil de su sorprendente fantasía. Como nos dice ese gran poema que es Memorial de un testigo: 'No sé si antes o después o siempre o nunca, pero yo estaba allí, / asomado a todo / y todo se me confunde en la memoria, todo ha sido lo mismo: / un muerto al final, un adiós, unas cenizas revoladas, ¡pero no un olvido!'.

Libre de cálculos geográfi-

cos, de límites temporales o históricos, de realidades concretas, cada poema es la expresión de una voz única en el tiempo, una voz dialogante que reúne en un absoluto y eterno presente todas las voces y todos los lugares, cotidianeidad y fábula en el simple sonido de un tono. Consecuente con una libertad consciente de sí misma, burlona y sabia, mágica y majestuosa, crea un orbe propio que habla por boca de Cocteau y Napoleón, del niño Jeseíto Juai y Dylan Thomas, de Proust y Mallarmé, de Vallejo y Garibaldi, de Wilde y Toulouse-Lautrec; que concilia a Sancho y a Teresa, a Nefertiti y a Casandra, a Agamenón y a Juliano el Apóstata; que otorga el mismo espacio a Triste y a Sevilla, a Manila y a Acapulco, a Kenia y a Versalles. Posee cuanto toca, y no hay distancias, pues lo que importa, como insiste en Discurso de la rosa en Villalba, es 'ese rincón final de la memoria que va a sobrevivirnos / y a mantener en pie la luz de nuestra alma cuando hayamos partido'.

Lo dicho es poco, queda recomendar el consuelo de su escritura, la lectura inevitable de un mundo nuevo, creado y al alcance de nuestras manos. Esta Antología poética nos acerca una singular ocasión para el descubrimiento gozoso de Gastón Baquero de la mano de Francisco Brines, uno de los pocos que siempre ha compartido ese entusiasmo que nace de la revelación. Aquí, gracias a una esmerada selección, está una gran parte, si no la mayoría, de sus mejores y más representativos poemas, y con ellos surgirá sin duda la apetencia de más versos, la invitación a una lectura en continuo movimiento, a un viaje incesante por un mundo inventado y mágico, por la realidad y la fantasía de una voz en el paraíso, cuando 'éramos dueños del mundo y maestros del misterio'.

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